El comediante de stand up venezolano George Harris ha sido abucheado durante su presentación en la jornada inaugural del Festival de Viña del Mar en Chile, realizado el último domingo.
Harris ha sido el primer comediante venezolano en presentarse en este mítico festival chileno, que reúne cada año a miles de asistentes, locales y turistas. El comediante se mantuvo sobre el escenario unos minutos para presentar su más reciente espectáculo, “El pueblo de uno”; sin embargo, tuvo que detener su show luego de comenzar a recibir abundantes pifias.
Pero el abucheo a George Harris no ha sido el único registrado en el Festival de Viña. El público asistente es conocido como “el monstruo”, por su fama de exigente. A lo largo de los años, figuras como Enrique Iglesias, el reggaetonero Don Omar y la banda Maroon Five han experimentado el rigor del público chileno. El rechazo suele estar motivado por el contenido del show, la conexión del artista con la audiencia o, en algunos casos, su historial en redes sociales.
Las críticas contra Harris comenzaron cuando se compartieron los tuits que realizó en 2023, criticando a gente que “llora por Allende”, en referencia al expresidente de Chile. De igual forma, en 2024, compartió en la misma red social su apoyo hacia Donald Trump y el presidente de Argentina, Javier Milei.
Por su parte, desde su cuenta de X (Twitter), George Harris ha pedido que este hecho no sea señalado como boicot sino como xenofobia. Asimismo, ha anunciado que en los próximos días contará su versión de los hechos, para lo cual hará una transmisión.
¿Xenofobia o reprobación política?
El incidente ha avivado el debate en redes sociales y medios de comunicación sobre la tensión en Chile respecto a la comunidad venezolana, la población extranjera que más ha crecido en los últimos cinco años en el país. Mientras algunos consideran que la reacción contra Harris responde a su postura política y comentarios previos.
El director del Festival de Viña, Alex Hernández, ha declarado que un grupo de personas se organizó para funar a Harris. Sin embargo, el episodio reabre la discusión sobre los límites entre la crítica legítima, la cultura de la cancelación y el fenómeno del «monstruo», un jurado implacable que, una vez más, ha marcado el destino de un artista sobre su escenario.