Santo Tomé e Príncipe ha acogido la 14ª Cumbre de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP), en la que ha participado el presidente de Brasil, tras los años de desinterés bolsonarista por la organización lusófona. João Lourenço, presidente de Angola, país que ha dado el relevo al anfitrión en la Presidencia rotatoria, ha señalado que todavía falta mucho por hacer -en términos de movilidad de personas- y ha afirmado que los aspectos en común entre los pueblos y países de la CPLP van más allá de la lengua: “Es una manera de estar y mirar al mundo”.
Lula da Silva ha defendido que la CPLP es una “frátria”. “Una gran fraternidad unida por el idioma y por la búsqueda de soluciones sostenibles y pacifistas en un tiempo de grandes incertidumbres”. “Frátria” también es el nombre elegido por el primer ministro portugués, António Costa, para proponer un proyecto de intercambio de estudiantes en el espacio de la CPLP. Un Erasmus lusófono. Igualmente Costa ha propuesto formar un fondo climático y ambiental para que los países conviertan sus deudas a la CPLP con compromisos efectivos de inversión en dichas áreas.
La Cumbre ha aprobado a Paraguay como Observador Asociado -país que cuenta con un grupo importante de ciudadanos lusófonos (brasiguayos)- y ha renovado por dos años adicionales al secretario ejecutivo de la CPLP -el timorense Zacarias Albano da Costa-, hasta 2024. Esta es una de las diferencias con la Comunidad Iberoamericana, dado que el secretario general de la SEGIB tiene mandatos de 4 años, que pueden ser renovados, así como que las presidencias rotatorias son la culminación de las presidencias pro tempore de los países iberoamericanos, y no el pistoletazo de salida, como es el caso de la comunidad de la Lusofonía.
La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura ha participado en la Cumbre a través de su directora para Portugal, Ana Paula Laborinho. La siguiente Cumbre de la CPLP será en Guinea Bissau en 2025.