El Trapezio

La polarización secuestra el debate sobre igualdad en Iberoamérica

La fatiga del discurso feminista, la polarización extrema y el resurgimiento de narrativas que buscan deslegitimar la lucha por la igualdad son algunas de las conclusiones del informe «Sin Filtros», que ha presentado la consultora LLYC, basado en el análisis de 8,5 millones de mensajes en redes sociales en 12 países.

El informe revela una caída en el interés por el feminismo en la conversación digital. En Ecuador y Portugal, por ejemplo, las búsquedas de «feminismo» en Google disminuyeron más de la mitad en 2024 respecto a los dos años anteriores. En estos contextos, las voces antifeministas han ocupado el vacío, imponiendo narrativas que distorsionan la realidad. En contraste, en países donde el feminismo sigue presente en la agenda pública, la conversación es más diversa y moderada.

Para este estudio, la consultora ha analizado la conversación en X en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, México, Panamá, Perú, Portugal y República Dominicana en 2024, además de 5,4 millones de publicaciones entre 2022 y 2024 que atacan a defensores de la igualdad o justifican posturas contrafeministas.

El “antifeminismo” y la polarización crecen en Brasil y España

En aquellos países con una conversación más equilibrada sobre la igualdad, como Colombia o Argentina, la comunidad feminista es un 55% más diversa que la contrafeminista. En cambio, en los territorios con una fuerte carga antifeminista, como Brasil o España, la radicalización de la comunidad contrafeminista supera el 80%.

En los países donde el volumen de conversación feminista ha aumentado en los últimos tres años, como Panamá, Brasil y España, la polarización ha disminuido un 15%. En cambio, en los territorios donde la conversación feminista ha bajado, como Ecuador, México y República Dominicana, el discurso de odio ha crecido hasta en un 30%.

Mientras el feminismo se adapta y argumenta, el contrafeminismo se cierra sobre sí mismo, repitiendo patrones de ataque y desinformación. Su crecimiento se basa más en la reacción y el rechazo que en la construcción de un discurso propio. Esto se refleja en Ecuador y México, donde más del 60% de los mensajes contrafeministas no incluyen argumentos estructurados, sino que se limitan a desacreditar al movimiento feminista sin ofrecer alternativas o propuestas.

En los países donde la conversación sobre igualdad en la agenda pública y social es menor, como en el caso de Chile con un volumen de conversación 27% menor que en España, las comunidades feministas se encuentran más aisladas y su conversación tiende a ser más crispada porque se ve obligada a centrarse en responder a los ataques.

La misoginia como herramienta de los “antifeministas”

De acuerdo al informe, gran parte de los mensajes antifeministas se centran en desacreditar a las feministas con insultos y estereotipos. En Argentina, uno de cada cinco mensajes usa términos como «puta» o «mal cogida». Además, el antifeminismo se distingue por su homogeneidad ideológica: en Chile y España, más de la mitad de los discursos provienen de comunidades cerradas con escasa diversidad interna.

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Si se desagregan los mensajes de la comunidad antifeminista en los países de lengua española y portuguesa analizados para el informe, existe una narrativa dominante que presenta al feminismo como una amenaza de un grupo radical. El 56% de la comunidad antifeminista percibe el feminismo como una causa política alineada con la izquierda. En Chile, un tercio de los mensajes que vinculan feminismo y política lo interpretan como una agenda extranjera, ajena a la realidad latinoamericana.

La polarización extrema en el debate público es un fenómeno que no solo afecta a las democracias en el mundo físico, sino que se ha convertido en una constante en redes sociales y medios digitales. En el terreno del feminismo, la vandalización del debate nos aleja del camino hacia el cierre de la brecha de género. Recuperar un diálogo constructivo es clave para evitar que la narrativa sobre la igualdad sea secuestrada por los extremos.

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