El Trapezio

Lusitanos y vetones

Hasta el 8 de enero del año que viene puede visitarse en el patio de la Biblioteca Pública – Casa de las Conchas de Salamanca la exposición “Lusitanos y vetones” del proyecto Territorio y Patrimonio incluido en el programa Interreg de Cooperación Transfronteriza España-Portugal. Tras haber estado expuesta en el Museo de Ávila el pasado mes de noviembre, llega ahora a la ciudad salmantina para dar a conocer la historia y la arqueología de aquellos pueblos que habitaban el centro-oeste peninsular a la llegada de los romanos. A partir de enero, la exposición se trasladará a Zamora.

La muestra explica a través de una serie de paneles informativos cuál fue la evolución de ambos grupos poblacionales, sus pervivencias bajo el dominio romano y el registro arqueológico que les identifica. Más allá de elementos más o menos conocidos por el gran público -el lusitano Viriato o los verracos vetones, por ejemplo-, el discurso expositivo recoge las diferentes menciones de los autores clásicos, aspectos religiosos, restos materiales como el metal o la cerámica, así como el hábitat en castros fortificados. De hecho, la aplicación de las nuevas tecnologías al análisis de los castros tiene una importante presencia en la muestra y en el trabajo científico desarrollado en los últimos tiempos.

Recordemos que los lusitanos y los vetones fueron pueblos de la segunda Edad del Hierro asentados tanto en territorio actual portugués como en territorio hoy español. En el caso de los primeros, parece ser que su zona nuclear se encontraba en la subregión de la Beira Baja -distrito de Castelo Branco- pero sus asentamientos se extendían desde el litoral atlántico hasta el interior de la Extremadura española, llegando a áreas del Duero por el norte y al Alto Alentejo por el sur. Los vetones, por su parte, tenían sus castros más importantes en la provincia de Ávila abarcando también el occidente de Toledo, noreste de Badajoz, gran parte de las provincias de Cáceres y Salamanca y una pequeña área del suroeste de Zamora y del este de la Beira Alta -distrito de Guarda-.

Los primeros contactos de lusitanos y vetones con romanos -o al menos su aparición en las fuentes- se producirían hacia comienzos del siglo II a.C.. Algunas décadas después acontecen los hechos militares conocidos como las “guerras lusitanas”, cuya trascendencia posterior quedaría mitificada en la figura de Viriato. En el año 104 a.C. se data el Bronce de Alcántara en el que se narra la sumisión del pueblo de los seano, lo que quiere decir que el dominio romano alcanzaba entonces el río Tajo. En el contexto de las “guerras sertorianas” (82-72 a.C.) los lusitanos apoyaron a Quinto Sertorio. A Quinto Cecilio Metelo se atribuye la fundación de Metellinum/Medellín o de Castra Caecilia, en Cáceres.

A lo largo de todo el siglo I a.C. los romanos obligarían a lusitanos y vetones a abandonar muchos de sus tradicionales asentamientos, como parece intuirse en los castros abulenses. La provincia de Lusitania se creará teniendo como sustrato el territorio de aquellos pueblos y se establecerá en Emerita Augusta su capital. La cultura indígena irá romanizándose progresivamente. El ritual mortuorio de la incineración dará paso al de inhumación, la cerámica común romana sustituirá a la cerámica a peine propia de los vetones y algunos verracos tendrán ahora una función funeraria. No obstante, los antropónimos, los teónimos y otras características lusitanas y vetones perdurarán algún tiempo más.

Y sus ecos llegan hasta hoy en distintas formas, desde la representación del toro -o verraco- del puente en el escudo de Salamanca hasta las estatuas de Viriato en Viseu o en Zamora. La exposición es una buena oportunidad para conocer más y mejor a quienes poblaron nuestro territorio. Se trata de los habitantes de la Raya antes de la existencia de la Raya.

Juan Rebollo Bote

LusitaniaeGuías-Historiadores

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