En una entrevista a RNE, José Manuel Albares, ministro de Exteriores español, ha confirmado que la primera reunión de Paulo Rangel, nuevo ministro de Exteriores de Portugal, en la Cumbre de la OTAN ha sido precisamente con él y se ha felicitado de que Montenegro haya escogido España como primer destino.
«Hablamos de la importancia de la alianza ibérica entre España y Portugal, de los intereses conjuntos que tenemos», ha comentado, al tiempo que ha considerado que la próxima visita «lo que demuestra es la importancia que el Gobierno portugués, independientemente del color político que tenga, concede al Gobierno de España».
Por otra parte, Albares ha asegurado que le gustaría que el PP hiciera como Montenegro en Portugal, después de que este haya optado por gobernar en solitario en lugar de con el respaldo del partido de extrema derecha Chega.
Etapa sensible en las negociaciones sobre Gibraltar para el Brexit
Albares ha manifestado que la negociación del acuerdo sobre Gibraltar entre la UE y Reino Unido avanza «a buen ritmo», afeando al vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, sus declaraciones sobre lo que se está dilatando el proceso. Además, ha explicado que ha hablado tanto con Schinas como con el comisario Maros Sefcovic, que es el encargado de negociar en nombre de la UE con Londres, sobre esta cuestión tras las palabras del primero, que ha calificado de «muy desafortunadas e incomprensibles».
Poco después, el Ministerio y el comisario Sefcovic han asegurado que las negociaciones «avanzan según lo previsto». «Estamos entrando en una etapa sensible de las negociaciones», han señalado ambas partes en un comunicado conjunto en el que la UE aclara que es su vicepresidente ejecutivo «quien se expresa en nombre de la Comisión Europea sobre este asunto». Londres y Bruselas celebraron hace dos semanas la decimoctava ronda de negociaciones, sin que ninguna de las partes informara sobre avances. Albares insiste desde hace más de un año en que Reino Unido tiene sobre la mesa una propuesta por parte de la UE que debe responder, mientras que el Gobierno británico esgrime que ellos también han hecho propuestas.