Ocho países amazónicos concluyeron este viernes en Bogotá la V Cumbre de Países Amazónicos con la aprobación de la Declaración de Bogotá, un acuerdo que refuerza su compromiso colectivo para proteger la selva amazónica, considerada el “pulmón del mundo”. Los mandatarios y representantes de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela coincidieron en que la región enfrenta una crisis climática sin precedentes y debe actuar con urgencia para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. La declaración será la base de una propuesta común que los países amazónicos llevarán a la COP30 en Belem do Pará, Brasil.
Entre los compromisos acordados destacan la creación de un centro de cooperación policial internacional para enfrentar al narcotráfico y la minería ilegal, principales amenazas de la selva, así como el fortalecimiento de políticas inclusivas que integren a los pueblos indígenas. “Debemos fortalecer la acción colectiva de todos los países amazónicos. No hay otro camino”, subrayó el presidente boliviano Luis Arce. Lula da Silva, por su parte, pidió que la COP30 sea “la cumbre de la verdad” y no se quede en discursos vacíos, mientras Gustavo Petro advirtió que las mafias que explotan la Amazonía “han convertido la selva en mercancía”.
La cumbre también sirvió de escenario para aprobar veinte resoluciones ministeriales que abarcan desde la creación de un mecanismo financiero regional hasta acciones en seguridad alimentaria, transición energética y defensa del derecho humano al agua. El texto de la Declaración de Bogotá respalda el lanzamiento del Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF) en la COP30, con el objetivo de obtener recursos internacionales para frenar la deforestación. Ecuador fue designado anfitrión de la próxima cumbre amazónica en 2027, dando continuidad a un proceso que busca consolidar la voz unificada de la Amazonía en los foros internacionales sobre cambio climático.