Apenas nada de Portugal en el debate electoral extremeño

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En el debate electoral emitido el pasado miércoles 17 de mayo de 2023 en la televisión pública extremeña entre los candidatos de los distintos partidos políticos que aspiran a obtener escaños en la Asamblea de Extremadura el próximo día 28 y, en su caso, a presidir el gobierno de la Comunidad Autónoma, se evidenció una notable falta de perspectiva ibérica. Esto no sería llamativo si no se tratase de una tierra, la extremeña, que no podrá prosperar obviando su condición rayana. La clase política extremeña parece no haberse dado cuenta aún de cuál es la verdadera mina de la región: Portugal.

Hay que empezar por agradecer a Canal Extremadura que llevara a cabo una puesta en escena en la que se daba cabida nada menos que a diez de las doce formaciones políticas -faltaron dos provincialistas de Cáceres- que pretenden obtener la representación de la ciudadanía extremeña. Ciertamente son muchos y apenas dispuso cada candidato de poco más de diez minutos para exponer sus propuestas. Cuatro bloques -Economía y Empleo; Igualdad, Educación y Sanidad; Infraestructuras, Cultura y Turismo; y Retos de Futuro-, un pequeñísimo, e inútil, espacio de debate -15 minutos para los diez- y, por último, el “minuto” de oro final. No obstante, los cuatro candidatos de los partidos a los que todas las encuestas otorgan escaños -PSOE, Partido Popular, Unidas por Extremadura y VOX-, disfrutaron de algún tiempo más puesto que seis periodistas optaron por ellos para lanzar sus preguntas, algo de lo que se quejaron, con razón, otros candidatos de formaciones que, a priori, no conseguirán representación.

Pues bien, la mencionada escasez de minutos de la que gozaron la mayoría de los candidatos no sirve de excusa para la práctica ausencia de alusiones a Portugal que se dio en el debate y solo cabe achacarlo al papel secundario que el país luso parece tener en el proyecto de cada una de las formaciones. Las excepciones fueron tres. La primera alusión a Portugal la profirió la candidata del PP, cuando puso al “país hermano” -según su propia definición- de ejemplo (negativo) de intervención y recortes. Una mención indirecta, no planeada y no constructiva. La segunda fue por parte del candidato de Levanta Extremadura, cuando, hablando de comunicaciones, indicó muy superficialmente la necesaria conexión con las tierras portuguesas. Por último, el candidato de Extremeñistas citó el nombre del vecino, igualmente en tono imprevisto y poco constructivo, para advertir que el corcho producido en Extremadura “se va todo para Portugal”.

Vemos, por tanto, que más allá de referirse fraternalmente al vecino o de insistir en la necesidad de mejorar nuestras comunicaciones -no se concretó qué tipo de ellas-, Portugal hizo acto de presencia, casual y esporádicamente, en sentido más bien negativo. Esta fue la realidad de un debate en que se pretendían exponer propuestas de futuro y de gobierno para Extremadura. Insisto, no caben excusas de falta de tiempo, del nerviosismo de muchos de los candidatos novatos o del supuesto trabajo realizado por el gobierno actual -muy voluntarioso, todo sea dicho-. En un debate electoral televisado deben trasladarse propuestas claras y en Extremadura una de ellas ha de llamarse Portugal. Y no estuvo.

La falta de perspectiva ibérica a la que hacíamos mención al principio es manifiesta entre la inmensa mayoría de los políticos españoles, pero es penosa e injustificable en quienes optan a gobernar las regiones de la Raya. Extremadura, que tanto se jacta de su condición fronteriza y que, en efecto, no puede pensarse sin un estrechamiento de los lazos con Portugal, no tiene clase política con suficiente altura de miras. Son muy pocos los que miran hacia el oeste. El debate es una buena muestra. Por cierto, hubo bastantes menciones a País Vasco, y no precisamente para hablar del regreso de los emigrantes extremeños. En eso estamos.

     Juan Rebollo Bote

LusitaniaeGuías-Historiadores

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