06/06/2025

Día Mundial del Medio Ambiente: Cuando defender el Amazonas es un riesgo mortal

Defender el medio ambiente puede costar la vida en la Amazonía. Periodistas y líderes indígenas siguen siendo blanco de violencia y amenazas

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La Amazonía es una región clave para el planeta. Con sus 7 millones de kilómetros que abarcan 9 países de América del Sur y el 10% de la biodiversidad mundial, la Amazonía ha sido desde siempre el territorio donde convergen pueblos originarios, lenguas diversas, tradiciones y cultura, pero también atentados contra el medio ambiente y los derechos humanos. 

En los últimos años, los crímenes contra líderes o representantes de comunidades indígenas que conviven en la Amazonía se han vuelto, lamentablemente, frecuentes. De acuerdo al informe Global Analysis 2024/24 de Front Line Defenders, lanzado en mayo de este año, la mayoría de los casos de violaciones de derechos documentados por la organización en la región están relacionados con defensores de tierras, territorios o el medio ambiente.

Lo que tienen en común estos casos son las represalias de las que son víctimas quienes ayudan a sus comunidades a reclamar sus derechos, denuncian violaciones de derechos humanos y ambientales y enfrentan en muchos casos una tardía o ausente respuesta por parte de los gobiernos. 

En este Día Mundial del Medio Ambiente, recordamos algunos de los casos más representativos de América del Sur, muchos de los cuales hasta el día de hoy y pese a la indignación que generaron, continúan en proceso. 

El periodista Dom Phillips y el indigenista Bruno Pereira 

En junio de 2002, el periodista Dom Phillips, acompañaba al indigenista brasileño Bruno Pereira por el Amazonas de Brasil. Fueron vistos por última vez en una lancha por el valle de Yaraví. 

Phillips, colaborador de The Guardian, estaba escribiendo un libro sobre la selva y su potencial sostenible. Pereira, experto en pueblos indígenas aislados, había tomado una licencia en la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), de la cual era parte. 

Ambos buscaban documentar los delitos relacionados con la pesca ilegal en la zona y amenazas contra las comunidades indígenas. Lamentablemente nunca llegaron a su destino. Tras diez días de búsqueda, sus restos fueron hallados. Habían sido asesinados y enterrados para tratar de ocultar sus crímenes. 

El líder asháninka Santiago Contoricón 

Santiago tenía 58 años y llevaba más de 20 de actividad política en Satipo, ciudad del departamento peruano de Junín, donde trabajó como consejero y regidor en los municipios. Pero, antes de ello, se había ganado el reconocimiento de sus vecinos durante la época de terrorismo que azotó al Perú, a fines de los años ochenta, donde luchó para salvaguardar la seguridad de su comunidad, Puerto Ocopa.  

Pero la más dura guerra para Santiago fue hacerle frente a la expansión de la coca ilegal y del narcotráfico en la selva central del país. La Central Asháninka de Río Tambo, organización indígena activa de esta zona, dió a conocer que Santiago fue uno de los dirigentes que hizo posible la incautación de varias toneladas de cocaína. Por esta razón, indican, varios líderes indígenas estaban amenazados. Además, denunciaron que el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y el Ministerio del Interior en Perú fueron informados de estos hechos. 

El 8 de abril de 2023, Santiago se encontraba en su casa junto a su esposa y sus hijos, cuando sicarios ingresaron intempestivamente y le propinaron varios disparos que acabaron con su vida. 

Poco más de un año después de este asesinato, su viuda, Bernardita Vega Armas, contó al medio peruano Ojo Público que debe vivir alejada de la comunidad de Puerto Ocopa, el pueblo donde vivió con Santiago, por temor a las amenazas que no cesan contra ella y sus hijos.

Edwin Chota y el caso Saweto en Perú 

En septiembre de 2014, las vidas de Edwin Chota, Jorge Ríos, Francisco Pinedo y Leoncio Quintisima fueron apagadas. En la Comunidad Nativa Alto Tamaya-Saweto, donde vivían, el temor ya se había apoderado de sus familias.

Edwin Chota, líder de la comunidad de Saweto, llevaba años luchando para el reconocimiento de la propiedad de las tierras de este pueblo para poder frenar y expulsar a taladores ilegales que amenazaban los bosques de esta zona. 

Chota fue un activo líder que sumó todos sus esfuerzos para visibilizar el conflicto socioambiental que vivía Saweto. En un reportaje que le realizó la revista National Geographic, indicaba: «Mientras no tengamos título, los madereros no respetan la propiedad nativa. ¿Quién protegerá a la gente de Saweto y a sus líderes de los madereros armados y peligrosos?«.

El asesinato de Edwin Chota y los tres habitantes de Saweto representó un impacto a nivel mediático local e internacional y generó la creación del Plan de Acción Saweto, para atender a la comunidad y garantizar el acceso a la justicia.

Casi 10 años después, fueron condenados a 28 años y 3 meses de cárcel los autores mediatos y coautores de este crimen. Las audiencias de apelación continúan hasta el día de hoy.

La lista de líderes o representantes asesinados a manos de las mafias por defender el medio ambiente y los derechos de sus comunidades en Sudamérica puede ser muy larga. La búsqueda de justicia de estos casos puede ser un proceso largo y tenso para las familias de estas víctimas, que no han vuelto a encontrar paz.