Identidad ibérica

Comparte el artículo:

La identidad es definida por la Real Academia Española como “conciencia que una persona o una colectividad tiene de ella misma y distinta de las demás”.

Podríamos preguntarnos si existe esa conciencia en el conjunto de ciudadanos que habitan la Península e islas. Cuando se habla de identidad surgen sentimientos, a veces profundos e íntimos, por lo que se trata de un terreno delicado. Para evitar suspicacias lo primero que hay que subrayar es que la pretendida identidad ibérica no se contrapone a ninguna otra identidad, específicamente no lo hace con la identidad portuguesa, ni con la española.

A este respecto citaré a Luis García Montero que, en 2022 durante su discurso de recibimiento del legado in memoriam de José Saramago, realizado en presencia del presidente de la República Portuguesa, Marcelo Rebelo de Sousa, manifestó: “Como ibéricos que somos, Saramago también es nuestro; pero trayéndolo aquí no pretendemos quedárnoslo, sino recordar que la ibérica es una de parte importante de nuestra colección de identidades que mira al otro lado de la frontera con afecto y admiración”.

La expresión colección de identidades nos sirve para o observar a la identidad ibérica con naturalidad, interés y cariño.

Los Gobiernos han acogido el concepto “identidad ibérica” y lo han “oficializado” utilizándolo, al menos en dos ocasiones. La primera, en septiembre 2022 con motivo de la Conmemoración del V Centenario de la primera vuelta al mundo, iniciada por Fernando de Magallanes y terminada por Juan Sebastián Elcano, los ministros de Asuntos Exteriores del Reino de España y de la República Portuguesa, reunidos en los Reales Alcázares de Sevilla, realizaron una declaración conjunta en la que se puede leer:

“La circunnavegación consolidó la vocación europea y atlántica de ambos países. Una vocación que ha conformado, a lo largo de los siglos, una identidad ibérica propia, sentando las bases de una estrecha cooperación bilateral renovada en los últimos años con el nuevo Tratado de Amistad y Cooperación. La primera vuelta al mundo de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano situó a España y Portugal a la vanguardia tecnológica de un mundo en cambio”.

La segunda vez, que los Gobiernos de España y Portugal hablan del escurridizo concepto de identidad, fue en el texto de la Estrategia de Sostenibilidad del Turismo Transfronterizo 2022-2024, donde se escribe:

“La raya hispano-portuguesa es el territorio fronterizo más antiguo y dilatado (1.234 km lineales) de la Unión Europea, y contiene los recursos culturales, históricos y paisajísticos más genuinos y desconocidos del suroeste comunitario, soportes de las señas ibéricas de identidad, fraguadas por la ósmosis de civilizaciones autóctonas e importadas sobre la encrucijada paisajística-atlántica-mediterránea más rica de Occidente”.

Por tanto, si volvemos a la cuestión inicial sobre si existe la identidad ibérica, podremos aseverar que, al menos los Gobiernos, acreditan de su existencia; además, a partir de ella, se fundamenta la cooperación, el Tratado de amistad y políticas concretas, como la de del turismo transfronterizo.

El contenido de la identidad ibérica, según los Gobiernos, queda definido por “una vocación europea y atlántica de ambos países” y por unas señas de identidad culturales, históricas y paisajísticas atlántico-mediterráneas.

Se trata de definiciones genéricas que, sin embargo, sientan las bases y dan legitimidad para ahondar y valorizar la identidad ibérica.

Podemos hablar de cultura ibérica, de historia ibérica, de sociedad ibérica… y por supuesto de naturaleza ibérica. Es por tanto lo ibérico una realidad posible, que da pie a la aplicación práctica de un iberismo metodológico en todo tipo de ámbitos. Un campo de trabajo que en gran medida está aún por explorar; pues las visiones preponderantes se hacen en su inmensa mayoría desde las visiones españolas o portuguesas, que en ocasiones son opuestas.

Pero no podemos olvidar que la identidad es una cuestión de las personas y las colectividades; los Gobiernos deberían recoger la sensibilidad colectiva, e incluso promoverla, teniendo cuidado para no caer en la manipulación identitaria, tan frecuente en los nacionalismos de Estado.

Viene entonces la cuestión de determinar si la sociedad ibérica, la portuguesa y la española tienen la conciencia de esa identidad. Para poder aventurar una respuesta tendremos que recurrir a estudios sociológicos que son muy escasos, completados con la percepción de la experiencia acumulada en el activismo iberista y en la comunicación ibérica, que si bien no tiene un valor científico, hecha desde la honestidad, es una importante fuente de conocimiento.

Las encuestas

El Barómetro de Opinión Hispano-Luso (BOHL), dirigido por el Centro de Análisis Sociales de la Universidad de Salamanca, fue el primer estudio que se realizó sobre la realidad ibérica. Este barómetro fue publicado durante 3 años (2009, 2010, 2011), siendo presentado en Madrid y Lisboa, aunque pretendía tener carácter indefinido; lamentablemente se vio interrumpido por motivos inopinados.

El sondeo preguntó sobre diversas cuestiones relativas a las relaciones entre Portugal y España. No se llegó a realizar ninguna cuestión directa sobre identidad, pero sí sobre la posible unión de los países, que obviamente es algo muy vinculado, dando como resultado lo que se refleja en la siguiente tabla:

En la encuesta se puede observar qué en 2011, el 46% de los portugueses y el 40% de los españoles querrían una hipotética Unión; estando en desacuerdo el 30% de los portugueses y el 34% de los españoles, el resto o muestra indiferencia o no contesta.

Entre el grupo que está en desacuerdo en Portugal (que alcanza el 30%) un 10,6% se manifiesta muy en desacuerdo, porcentaje que podría ser el reflejo de esa parte de la sociedad de sentimientos nacionalistas antagonista con España.

El Instituto Elcano, dentro de su Barómetro de Imagen Exterior de 2016, recoge en el sondeo que realiza que, más de dos tercios, un 68% de los portugueses, está de acuerdo en que España y Portugal deberían avanzar hacia alguna forma de unión política ibérica.

Otra pregunta del mismo barómetro cuestiona a los portugueses sobre el grado de similitud entre los países, arrojando el resultado que el 69% piensan que España y Portugal son muy parecidos (10%) o parecidos (59%)

No hay más encuestas, al menos de relevancia, que pregunten a la ciudadanía sobre la identidad ibérica, aunque sea de manera indirecta; una carencia que debería ser corregida por los diferentes Institutos de opinión que operan en España y Portugal.

Para hacer una aportación, si quiera pequeña, al tema, he realizado un sondeo en redes sociales, en el que se cuestiona lo siguiente: “Estou a escrever un artigo sobre identidade ibérica. Vôces acham que os habitantes de Espanha e Portugal acreditam, de maneira geral, nessa consciência?”

Las opciones que se dan para escoger son: Sim acredito, Não acredito.

La pregunta planteada incorpora el matiz de cuestionar no sobre el sentimiento personal, sino sobre la percepción que se tiene sobre el mismo en la sociedad de la que forma parte el encuestado.

Hasta el cierre de este artículo se recibieron 227 votos de los cuales 138 (61%) son de la opción sim acredito y 89 votos (39%) son de la opción não acredito. También se han recogido múltiples comentarios, uno de ellos, a mi parecer, sintetiza muy bien el asunto cuando expresa: “Eu acredito. E por acreditar por vezes me surprende com a quantidade de pessoas que não acreditam (não reconhece)”. Del lado del Sim acredito, un comentario muy esclarecedor dice: “Quando vou a Espanha, não me sinto estrangeiro!”.

Otros comentarios interesantes son: “Quer queiramos ou não as origens são as mesmas. Os nacionalismos exacerbados actuais não conseguem apagar essa realidade”; “Para mí, todas las diferencias son como las diferencias personales, somos distintos en la medida que busquemos las diferencias. Pero conociendo Portugal, yo me siento como en casa… Para mí que todas esas diferencias que se quieren acentuar son para asentar a una clase dominante de caciquismo tradicional”; “Eu sou português e ibérico em simultâneo. Partilhamos o mesmo território físico, histórico e simbólico”; “Eu diria que os póvos raianos têm essa realidade mais presente, pelas vivências culturais, laços familiares e até a nível linguistico.Vivo perto desta realidade, (Moimenta da raia e Manzalvos). Aldeias em pleno Parque natural de Montesinho, ali, sentimos que estamos em casa…Este é o Portugal e a Espanha profundos, genuínos”; “Honestamente, los portugueses no sé, pero a los españoles nos trae un poco forzado eso de unirnos, además nos sentimos ya más europeos que ibéricos”.

A modo de conclusión se debe destacar que la visión ibérica de la realidad existe, pero ha estado y está constreñida por los Estados, que son la fuente del poder político y determinan en una medida muy superior a la ibérica, la identidad individual y colectiva. No obstante, los propios Gobiernos favorecen activamente la amplificación de la consciencia colectiva ibérica, como elemento que fundamenta la cooperación entre los países y su pertenencia y alianza dentro del seno de la Unión Europea.

Quizá una identidad ibérica fuerte no sea general, salvo en las zonas próximas a la frontera que pueden significar 100 km de distancia a cada lado, pero no existe tampoco oposición; de manera que si la cuestión toma relevancia, una amplia mayoría de entre el 60 y el 70% no tendría problema en adherirse a una identidad ibérica.

Cabe esperar, por los diferentes elementos analizados, para un futuro próximo, una cada vez mayor toma de conciencia colectiva de la identidad ibérica, que lleve a una profundización de la cooperación. Si las circunstancias fuesen propicias, esa cooperación reforzada, que ya existe y que va a más, podría desembocar en algún tipo de unión política, como es parece ser el deseo de la mayoría de la población.

Pablo Castro Abad

Noticias Relacionadas