João Pedro Oliveira e Costa, presidente del banco BPI, ha sorprendido al selecto foro del International Club of Portugal al aceptar ser presentado como un banquero, muy a pesar de su condición de gestor. Pero ha advertido que ante todo es un voluntario que colabora en las tareas sociales de la Fundación La Caixa.
El presidente del BPI está convencido que ha llegado la hora de dar la vuelta a la situación tan compleja que nos ha conducido hasta aquí y se muestra dispuesto a contribuir para el cambio de actitud que requiere el momento transformador y único que proporcionará la desglobalización.
Partidario de observar el lado más claro de la luna, al contrario de lo que sucede con la visión pesimista de los portugueses, el líder del BPI ha formulado un discurso movilizador de energías y talento con un elogio al papel de los empresarios.
Para la cara visible del BPI a Portugal le hace falta un sueño y no es imposible. Basta definirlo con base en su dimensión y ejecutarlo con un plan.
Ha reiterado la necesidad de articular un discurso positivo con el coraje imprescindible, un cambio de actitud y el compromiso para ejecutar. En este sentido ha puesto de ejemplo la labor de la Fundación La Caixa, prueba de la sensibilidad de la institución, que no siempre merece la debida atención mediática.
