Perfil iberista de los candidatos a la Presidencia del Gobierno

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El próximo 23 de julio se celebran elecciones generales en España. Los partidos mayoritarios son el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), actualmente en el Gobierno, y el Partido Popular (PP), de centroderecha, principal partido de la oposición, y vencedor en las últimas elecciones municipales del mes de mayo, que se presenta con grandes posibilidades de alcanzar el Gobierno. Otras dos candidaturas, Sumar, a la izquierda del PSOE, y VOX a la derecha del PP, tendrán un número importante de votos y diputados. La suma del Bloque de la derecha (PP+VOX) confrontará con la suma del Bloque de la izquierda (PSOE+Sumar), con la particularidad de que el Bloque de la izquierda podría agregar los diputados que obtenga los partidos nacionalistas vascos (Partido Nacionalista Vasco y Bildu) y el independentismo catalán representado por Esquerra Republicana de Cataluña (ERC).

Por tanto, cuatro son los principales partidos, siendo sus líderes:

Pedro Sánchez (PSOE), Alberto Núñez Feijóo (PP), Santiago Abascal (Vox) y Yolanda Díaz (Sumar)

Vamos a repasar las aportaciones de estos líderes desde una perspectiva iberista, es decir, la que tienen aquellos ciudadanos que entienden que la relación entre España y Portugal es un valor especialmente relevante y estratégico.

Queremos descubrir las aportaciones, manifestaciones y sensaciones que han realizado y transmiten los líderes políticos españoles, en clave iberista.

Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, y desde 2018 presidente del Gobierno. Madrileño de 51 años.

El primer acercamiento importante a Portugal data de 2016 cuando -estando en la oposición- Sánchez firmó con el ya primer ministro Costa un acuerdo para “abrir las puertas a una nueva era de cooperación entre España y Portugal”. Un acuerdo muy amplio que abarcó diferentes ámbitos de Gobierno como Exteriores, Educación, Cultura, Innovación…que en gran parte ha sido llevado al nuevo Tratado de Amistad y Cooperación firmado el 28 de octubre de 2021 en Trujillo. Es precisamente el nuevo Tratado de Amistad la gran aportación que deja Sánchez al iberismo, un tratado de enorme calado y posibilidades, que -de implementase de manera ambiciosa- supondría alcanzar gran parte de las aspiraciones que cualquier iberista del siglo XXI pueda tener.

Junto al Tratado de Amistad, la denominada excepción o solución ibérica en relación a la energía y el precio del gas es el otro aspecto más relevante que se puede reseñar. La coordinación en la cuestión energética es una gran aportación a la cooperación ibérica, contando además con una gran visibilidad pública, algo que suele faltar en las relaciones ibéricas.

Sánchez también ha sido el presidente español que utilizó el término iberista. Concretamente en la Cumbre Ibérica de 2018 dijo: “Europa necesita más iberismo, y la Península Ibérica necesita también más Europa”.

Durante el mandato del actual presidente del Gobierno, se ha reconocido algo muy importante que es la existencia de la identidad ibérica, a la que se refiere la Declaración Conjunta con motivo de los actos conmemorativos de la Circunnavegación del Mundo de Magalhães-Elcano, y la Estrategia Común de Turismo Transfronterizo.

Podemos decir que Pedro Sánchez se presenta a las elecciones con un gran legado ibérico, que tiene el gran agujero negro de la falta de entendimiento en política ferroviaria, que incomprensiblemente tiene a Madrid y Lisboa peor conectadas por tren que en el siglo XIX. Precisamente la falta de concreción de las buenas intenciones y de los ambiciosos acuerdos son el principal debe iberista de Pedro Sánchez

 

Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP desde 2022, gallego de Ourense, tiene actualmente 61 años y fue presidente de la Xunta de Galicia durante más de 13 años desde 2009 hasta que en 2022. Es el candidato del partido conservador español a la Presidencia del Gobierno, y según las encuestas tiene importantes posibilidades de ganar las elecciones y quizá de gobernar.

Feijóo habla gallego y por tanto debe tener un nivel de comprensión del portugués bastante elevado. Galicia es la región española con más vínculos con Portugal, por la base cultural común, pero también por las políticas de cooperación en todo orden de cosas con especial referencia a lo económico donde destaca la histórica Eurorregión Galicia-Norte de Portugal. Durante el mandato de Feijóo los vínculos se profundizaron de manera importante y el gobierno de Galicia y el propio Feijóo siempre estuvieron al lado de reforzar al máximo la cooperación. Durante el mandato de Feijóo en 2016 se implantó en el sistema educativo gallego, la asignatura de portugués como materia optativa.

Otro punto a favor, del tantos años presidente de la Xunta de Galicia, es su buena relación con Rui Moreira, alcalde de la ciudad de Oporto, que mostró un lado significativamente iberista cuando propuso un Iberolux, a semejanza del Benelux, entre España y Portugal, Feijóo se interesó por la propuesta y manifestó que se trataba de una idea “novedosa y un poco provocativa, en sentido positivo”.

Ya como principal cabeza visible del PP, destaca su visita en marzo de este 2023 al presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, al presidente del Partido Social Demócrata, Luis Montenegro, y al presidente de la Cámara Municipal de Lisboa, Carlos Moedas. Con su estancia en Lisboa, Feijóo mostró la importancia que da a la estrecha relación con Portugal y mantuvo un discurso de corte iberista, al manifestar: “Portugal y España deben aprovechar la coyuntura para profundizar al máximo en las complicidades bilaterales y operar en muchos asuntos de forma conjunta en defensa de los intereses comunes», y que sería bueno la adopción de medidas comunes en el seno de la UE, lo que haría mucho más fuerte a los dos países.

Feijóo muestra un currículum y una disposición ibérica muy buena, cuenta, además, con la ventaja de ser gallego y haber sido responsable de una exitosa cooperación transfronteriza. Quizá su estilo no despierta mucho entusiasmo ibérico y su apuesta por la lengua portuguesa en un territorio como Galicia podría haber sido mucho más ambiciosa.

 

Yolanda Díaz, candidata de Sumar a la Presidencia del Gobierno, tiene 52 años y es gallega de Fene, un municipio de La Coruña. Es ministra de Trabajo y Economía Social desde los inicios del año 2020 y vicepresidenta segunda del Gobierno desde mediados de 2021.

Yolanda Díaz ha mostrado un espíritu iberista interesante. De destacar es su intervención en 2016 en un acto en el Círculo de Bellas Artes cuando declaró: “desde mi propia convicción, quizás, algún día tengamos o soñemos con esa utopía ibérica que reclamaba Saramago. Yo soy de esas. Me encantaría que algún día camináramos por lo menos hacia ahí. No sé si como la balsa de piedra, pero sí que caminásemos. Y, además, me gustaría que también, como en otros tiempos, hubiera debates sobre ese iberismo y sobre ese camino que debe ser conjunto…”.

Como ministra de Trabajo firmó con su homóloga portuguesa una guía sobre trabajo transfronterizo, y este mismo año inauguró el primer centro conjunto de Formación en Economía Social, situado en la ciudad portuguesa de Guarda, donde declaró que “la relación de nuestros países es inmejorable”.

Yolanda Díaz siente una pasión ibérica que transmite con naturalidad, su condición de gallega, como a Feijóo también le ayuda, y en su gestión gubernamental ha realizado buenas aportaciones a la causa ibérica. Su posición política alejada de la centralidad y la postura en relación a la autodeterminación de Cataluña y la propia Galicia, la colocan también lejos del consenso constitucional español.

Santiago Abascal, vasco de Bilbao, tiene 47 años, y desde su fundación es presidente de la marcadamente derechista formación VOX.

El partido de Abascal difundió un mapa en histórico donde se mostraba a Portugal dentro de España. El Partido Chega, que en Portugal ocupa el espacio político que VOX en España, pidió “una aclaración formal”, debido a la alta sensibilidad que sobre esta cuestión existe en Portugal.

Vox presentó una proposición no de ley en el Congreso de España en diciembre de 2021 para “ampliar el ámbito de actuación de la Iberosfera”, donde se puede se pide “iniciar acciones encaminadas a animar y facilitar la incorporación de los países iberohablantes y de raíz cultural ibérica no iberoamericanos (Angola, Cabo Verde, Filipinas, Guinea Bisáu, Guinea Ecuatorial, Mozambique, Santo Tomé y Príncipe y Timor Oriental) a los organismos del Sistema Iberoamericano de concertación y cooperación”.

Abascal y su partido VOX difunden un claro mensaje nacionalista español en el que no cabe una idea iberista auténtica, pues precisamente son los diferentes nacionalismos rotundos de la península los que han propiciado la división de Iberia y siguen promoviendo nuevas divisiones. No obstante, la propuesta en relación a los países iberohablantes es positiva, aunque la utilización de un neologismo como “iberoesfera”, carente de desarrollo conceptual, es inapropiada.

 

Vistos los candidatos, faltan los programas electorales, en los que esperamos ver propuestas concretas para hacer realidad una verdadera Alianza Ibérica que beneficie a ambos países. Los ciudadanos iberistas tienen, el próximo 23 de julio, la posibilidad de ponderar su voto en relación a los posicionamientos en la materia de los partidos y sus líderes.

 

Pablo Castro Abad

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