Somos Arqueo-Rurales

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Ese es el lema de las II Jornadas Arqueo-Rurales que se celebraron entre los días 22 y 25 del pasado mes de mayo en Guareña (Badajoz). Organizadas por la plataforma Tarteso en comunidad y coordinadas desde La Underground Colectiva y el proyecto Construyendo Tarteso, ha sido una de las acciones enmarcadas en la apuesta por la socialización del conocimiento científico generado a partir de las excavaciones del yacimiento arqueológico de Casas del Turuñuelo, sito en el término de la citada localidad extremeña. Este yacimiento de época tartésica -siglos VII-V a.n.e.- está haciendo correr ríos de tinta tanto académica como periodística gracias al excelente estado de conservación de sus estructuras, a la riqueza de las piezas halladas (tales como los ya famosos rostros tartésicos) o a la hecatombe que se produjo en los momentos finales de su historia, cuando se realizó un gran ritual que sacrificó a más de medio centenar de animales antes de proceder a la ocultación del edificio.

Pues bien, más allá de la tremenda importancia del hecho científico y arqueológico reseñado, en lo que aquí reparamos es en el decidido interés por parte de su equipo de investigación y por los gestores culturales de la zona para que dicho conocimiento arraigue entre los habitantes del territorio en que se encuentra y extienda su sensibilización a todas las esferas de la sociedad. No se puede por menos que resaltar los nombres de quienes están detrás de Tarteso en Comunidad, como Sabah Walid, Juanjo Pulido o Esther Rodríguez, impulsores y creyentes del binomio arqueología y comunidad, amén de todo el círculo de personas que les rodean.

Las Jornadas Arqueo-Rurales conjugaron distintas actividades de las que formaron parte a su vez distintos colectivos. De una parte, la población local participó dando a conocer la propia localidad de Guareña y los proyectos y herramientas de difusión del conocimiento histórico y arqueológico de Tarteso que se llevan a cabo desde los centros educativos. De otra parte, se congregaron personas provenientes de diferentes lugares de la geografía peninsular que trabajan temas patrimoniales en contextos comunitarios y/o rurales que, bien como ponentes, comunicantes o meros asistentes de las jornadas, compartieron informaciones y reflexiones necesarias y muy útiles. Por último, hay que destacar la participación de los jóvenes de Guareña, de la Asociación de Mujeres “La Nacencia”, así como de los integrantes del equipo de excavación de Casas del Turuñuelo -Carla, Luismi- que hicieron la visita guiada por el yacimiento y se hicieron cargo de cuestiones técnicas y logísticas a lo largo de aquellos días.

La impronta de este tipo de acciones socializadoras y educadoras del patrimonio trasciende corrientemente la idea principal para la que originalmente se gestan, en este caso la divulgación y sensibilización del conocimiento histórico y arqueológico en un ámbito local como puede ser Guareña. Y lo trasciende por el simple hecho de incentivar debates, establecer contactos y generar potenciales sinergias entre personas y proyectos que se encuentran en este determinado contexto, pero que se mantienen en el tiempo y se extienden en el espacio. De ahí la importancia de estas jornadas arqueo-rurales.

Que el patrimonio es recurso cultural y social de primer orden está fuera de toda duda. Que una sociedad con dinamismo cultural enfrenta mejor los retos que les acechan, también está manifiestamente comprobado. Que el mundo rural ibérico posee una fuente patrimonial casi inagotable y que necesita investigarse y socializarse para evitar su pauperización demográfica, es igualmente cristalino. Que las regiones rayanas son fundamentalmente rurales y que, por definición fronteriza, están cargadas de patrimonio histórico es una evidencia casi absoluta. Que somos pocos y que necesitamos estrechar lazos, también. Gracias a Tarteso en Comunidad por su labor. Seguiremos siendo arqueo-rurales.

Juan Rebollo Bote

Lusitaniae – Guías-Historiadores

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