Se podría hablar portugués en el Congreso de España

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La lengua portuguesa podría alcanzar un reconocimiento como una de las lenguas de España, de uso minoritario, pero de carácter ancestral, lo cual sería muy positivo.

Los argumentos los encontramos a partir del artículo 3.3. de la Constitución española que determina: “La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección”. En desarrollo del artículo constitucional, el Estatuto de Autonomía de la Comunidad Autónoma de Extremadura en su Artículo 9 establece como competencia exclusiva la Protección de las modalidades lingüísticas propias, que según los informes lingüísticos existentes son: A fala, el extremeñu, y el portugués rayano. Este último según el profesor Carrasco González de la Universidad de Extremadura se podría dividir en 3 subgrupos. Por un lado, el ferrereño (Herrera de Alcántara); una modalidad arcaica del portugués   proveniente de repobladores portugueses del siglo XIII. Otra modalidad más moderna con origen en el siglo XVIII se habla en pedanías rayanas de Valencia de Alcántara y de La Codosera. Por último, tenemos el más conocido portugués alentejano de Olivenza.

Se puede aseverar que la lengua portuguesa se habla en Extremadura desde que se forma como entidad territorial regional en la baja edad media. Esto, unido a la circunstancia contemporánea de la comarca de Olivenza, lleva a concluir que la lengua portuguesa es una lengua propia de Extremadura, y por ende de España. Ciertamente es una lengua hablada con carácter minoritario, pero si, a los hablantes tradicionales, unimos los estudiantes del portugués como lengua internacional, el número es ya importante. Desde hace 6 años se viene celebrando el Día de las Lenguas de Extremadura, organizado por el Órgano de Seguimiento y Coordinación del Extremeño y su Cultura (OSCEC) que ha anunciado la presentación de una Iniciativa Legislativa Popular para proteger y promover las modalidades lingüísticas de Extremadura entre ellas el portugués rayano, en desarrollo del artículo 9 del Estatuto de Autonomía.

La iniciativa, de prosperar, daría el reconocimiento estatutario a la lengua portuguesa en su variedad rayana, que le permitiría colocarse al nivel de otras lenguas de España como el bable, el leonés, o el aragonés que no son oficiales, pero sí reconocidas como propias estatutariamente. Considerar al portugués como una de las lenguas de España tendría un importante valor. Completaría el panorama lingüístico de España, tan debatido y tantas veces polémico, incorporando al acervo cultural de España una lengua universal, de pura raigambre ibérica.

España ya forma parte como país observador de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa, cuestión que fue impulsada por la gran proximidad  que la lengua gallega tiene con el portugués. No obstante, el gallego es normativamente un idioma diferente al portugués.

Una de las consecuencias prácticas del reconocimiento, que propugna la Iniciativa Legislativa Popular, acarrearía la posibilidad de usar el portugués en el Congreso de España, siempre que el orador autotradujese al castellano su intervención, como ya ocurre con los congresistas que intervienen en aragonés, bable, o aranés. Otra posibilidad que se abre es incluir el portugués en una materia en las escuelas de nombre “lenguas de España” o “lenguas ibéricas”.

La mayor utilización del portugués en España favorecería la intercomprensión que es, en mi opinión, lo fundamental para articular lingüísticamente un espacio geoestratégico iberófono que junte a las comunidades lusófonas e hispanohablantes. Con ello combatiríamos dinámicas que llevan a que a veces españoles y portugueses recurran al inglés para entenderse.

El debate de las lenguas en España infelizmente no es un asunto pacífico; hemos de ser inteligentes y no hacer de la riqueza lingüística un problema. La obligatoriedad no es el camino para proteger las lenguas cooficiales. Favorecer el uso y la preservación del catalán o el gallego no ha de contraponerse al valor de poseer una lengua común y universal como la española. Encontrar en la riqueza lingüística de España al portugués rayano es, sin embargo, un tesoro hasta ahora escondido, que debemos aprovechar para fomentar la lengua de Camões dejándola de considerar extranjera.

Pablo Castro Abad

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