Viajes Iberia

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Los viajes, sean de turismo, de trabajo, o por cualquier otra circunstancia, son una ocasión magnífica para profundizar en el conocimiento del «otro». Hoy quiero alentaros a viajar desde una perspectiva ibérica; visitar Portugal y España, alguno de los otros 27 países oficialmente iberófonos, o cualquier lugar del mundo ligado con Iberia, conectando con nuestra cultura y nuestras lenguas.

Algo que me atrae especialmente, y que vengo haciendo de manera ocasional es mostrar algunos rincones de Portugal a amigos y colegas españoles, que tienen una predisposición favorable y amigable hacia el país luso. Porque Portugal encanta en España, llegando cada año, más y más turistas que quieren conocer y disfrutar de Portugal, hasta el punto de haber convertido a España, en el segundo país emisor de turistas hacia Portugal.

Pero, además, los españoles tenemos en los viajes a Portugal, la posibilidad de experimentar un cúmulo de sensaciones que son únicas y especiales. Portugal tiene la cercanía de compartir con España 1.200km de frontera que conforman la Raya, un tesoro singular, donde se encuentran las regiones ibéricas de norte a sur. El país de Saramago y Pessoa nos ofrece una lengua maravillosa, de sonido dulce, como un español sin huesos. La lengua de la Saudade, que el escritor gallego Rafael Dieste definió como la inquietud de no llegar y la alegría de seguir. La Saudade de Portugal es una esperanza aupada por el pasado, que envuelve al viajero que visita Elvas, Chaves o Lisboa. Los españoles podemos sentir en Portugal, el latido de una historia milenaria compartida con el resto de la Península. El héroe lusitano Viriato, las provincias romanas de la Gallaecia y la Lusitania, el legado árabe, el Sefarad judío, o el Reino medieval de León, cuna del actual Portugal, entre un sinfín de vestigios pasados pero cargados de futuro…

Poco a poco he ido profundizando y tratando de construir una mirada ibérica en cada viaje, compartiéndola con mis allegados españoles o portugueses.

Hay un mundo entero para practicar y perfeccionar esta mirada. Brasil, México, Colombia, España, Argentina, Angola, Venezuela, Mozambique, Perú, Chile, Portugal, Guatemala, Cuba, República Dominicana, Honduras, Ecuador, El Salvador, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Guinea Ecuatorial, Guinea-Bissau, Santo Tomé y Príncipe, Cabo Verde, y Timor Oriental, son los 29 países del mundo con idioma oficial procedente de Iberia. Además, en los Estados Unidos el español es hablado por unos 50 millones de personas y es oficial en Nuevo México y Puerto Rico. Hay otros muchos territorios como los de la antigua India portuguesa, Macao en China, las Filipinas, la isla de Guam en el Pacífico, el Sáhara Occidental, el norte de Marruecos, Túnez, Flandes, Nápoles, el Franco Condado, el Rosellón…, con pasado ibérico.

Es emocionante descubrir el enorme patrimonio ibérico por el mundo. El legado cultural conjunto de España y Portugal siempre es asombroso, hay miles de historias por rescatar. Cuando viajo, cerca, a mi amada Raya, o cuando he viajado lejos, a Mozambique, he podido experimentar y sentir el latido de nuestra cultura global, que me llena de orgullo, sin perder por ello la necesaria capacidad de crítica.

Los viajes, el turismo y los intercambios son una de las mejores maneras de contribuir al conocimiento mutuo. La oportunidad que nos brinda la época actual tiene que ser aprovechada para el hermanamiento de los pueblos, de todos sin excepción, aunque mi preferencia es poner el acento en un leitmotiv panibérico.

El modo de viajar ibérico me proporciona una cierta novedad y una ilusión renovada que enriquece el típico viaje turístico, que forma parte de nuestro estilo de vida. Amplía el foco permitiéndonos descubrir algo genuino.

He hablado ya en este medio, de mi iniciático viaje a Mozambique, en 2010. A 8.000 kilómetros, en el continente africano, descubrí una pasión panibérica, que curiosamente me hizo viajar a un lugar tan cercano como la Raya con una vitalidad inusitada. Sé de compañeros que se contagiaron del virus iberista en Brasil, y de brasileños que lo hicieron en Madrid.

Haciendo buena y extendiendo la frase atribuida a Federico García Lorca de que “el español que no conoce América, no sabe lo que es España”; los iberistas necesitamos viajar para reencontrar nuestra esencia, y quizá no haga falta ir a América, sino que baste simplemente viajar con una mirada ibérica en el corazón.

Porque el viaje nos hace crecer y como es sabido cura el nacionalismo, por arraigado y rancio que sea. Viajando por nuestra Península por nuestras islas y por todo el orbe, cuando podamos y siempre que podamos, nos encontraremos más fuertes y seguros.

 

Pablo Castro Abad

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