Carlos do Carmo, un hombre de Lisboa

Máximo representante del fado, fue la voz de Lisboa y Portugal en el mundo

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El «Frank Sinatra portugués», segunda gran voz del fado (justo detrás de Amália Rodrigues), Carlos do Carmo, ha fallecido el primer día del año 2021. Sin embargo, su presencia y conexión con Lisboa nunca terminará. Ha sido una carrera de oro de 60 años de historia. Son innumerables los temas que cantó, pero cuando hablamos de Carlos do Carmo o Lisboa, dos entidades con una simbiosis perfecta, es imposible no tararear los versos de «Lisboa, menina e moça».

Hijo de los dueños de una de las principales casas de fado de la ciudad, «O Faia», Carlos do Carmo fue uno de los modernizadores e divulgadores de un estilo musical que hasta entonces se limitaba a sus propias casas de conciertos. París, Madrid y Berlín fueron algunas de las ciudades que conquistó gracias al poder de la palabra que tan hábilmente manejó. Cantó algunos de los más grandes poetas portugueses, pero fue con Paulo de Carvalho y Ary dos Santos que ganó el estatus que solo alcanzan los más grandes. «La vida me fue bien», recordó en sus últimas entrevistas.

Elis Regina y Simone de Oliveira fueron algunos de los nombres con los que compartió escenario y donde dio y recibió el cariño no solo de los portugueses sino de todos los que le escucharon. Pilar Del Rio recordó los conciertos que Carlos do Carmo y como era escuchado solemnemente por todos, especialmente por los extranjeros que sintieron la emoción que transmitía su voz y los versos que popularizó, como es el caso de «Dos Putos» u «O Homem das Castanhas».

El cariño de los portugueses, que tanto llevaba en el corazón, también se reflejó en los premios y reconocimientos. Carlos do Carmo recibió numerosos elogios de los presidentes. El último fue con Marcelo Rebelo de Sousa, en el último concierto que el cantante de fado realizó en su mítica despedida a los escenarios en 2019. El presidente de la República anunció que le daría la Orden de la Libertad, aunque fuera póstumamente. También recibió las llaves de la ciudad que tanto amaba, siendo la única persona que no fue líder político ni jefe de Estado extranjero en lograr esta distinción.

En España, en 2008, recibió el Premio Goya, otorgado por el rey Juan Carlos, por «Fado Saudade», que formaba parte de la película «Fados». Esta obra de Saura pretendía demostrar las similitudes entre el flamenco, el tango y la música nacional de todos los portugueses, que se ha convertido en patrimonio de la humanidad.

Carlos do Carmo fue la voz que presentó la candidatura del fado a la UNESCO. Esta vasta carrera fue nuevamente distinguida con el Grammy Latino, en la categoría Lifetime Achievement, premio obtenido por primera vez por un portugués. Como cantaba el propio Carlos do Carmo: «No es porque se muere una golondrina que termina la primavera». El Ayuntamiento de Lisboa ha anunciado que «Lisboa, menina e moça» va a convertirse en el himno oficial de la ciudad.

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