Durante una reunión especial del Consejo de Seguridad, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha recalcado la necesidad de establecer un plan de vacunación global, que permita flexibilizar el suministro de vacunas en las distintas latitudes. Para ello, el líder de las Naciones Unidas pide la creación de un grupo de trabajo que podría ser organizado por el grupo de los G-20, debido a su capacidad financiera.
«El mundo necesita urgentemente un plan global de vacunación que reúna a todos aquellos con poder, conocimientos científicos y capacidades de producción y financieras necesarias», ha dicho el diplomático ibérico; avisando que, si la situación pandémica en las zonas más pobres no se controla, las economías del norte difícilmente conseguirán recuperarse al 100%.
En el caso portugués y de los países miembros de la CPLP, el ministro de Asuntos Exteriores de Cabo Verde (que ostenta la presidencia rotatoria), Luis Filipe Tavares, ha lanzado el reto a sus colegas para que haya una mayor solidaridad, cooperación y colaboración entre los Estados, en la distribución y aplicación de vacunas contra la covid-19.
Desigualdad en la distribución de vacunas
Guterres ha advertido de la desigualdad actual, dado que sólo diez países concentran el 75% de las dosis tomadas. Por otro lado, tenemos 130 naciones (la gran mayoría en el sur del planeta) que aún no han recibido ninguna vacuna, y ni siquiera saben cuándo la van a recibir. Esta distribución es responsabilidad de la Alianza Global para las Vacunas (COVAX), en la que el antiguo presidente de la Comisión Europea, Durão Barroso, es el principal responsable. Se prevé dar 1.300 millones de dosis a los países más pobres.