Pedro Sánchez y António Costa se reúnen en Beja (Portugal) con los países del Este

Portugal promueve un acuerdo con el Este europeo para reducir el impacto de la disminución de los fondos de cohesión por el Brexit

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Aunque el Brexit no tenga efectos inmediatos en el comercio, sí que tiene efectos en las políticas de gasto europeas. La salida del viejo aliado de Portugal, Gran Bretaña, va a afectar sensiblemente al país luso y a España.

Al menos una docena de jefes de Estado y de Gobierno de países del sur y el este de Europa participaron este sábado en la ciudad lusa de Beja en la Cumbre de Amigos de la Cohesión convocada por el primer ministro portugués, el socialista António Costa, en un momento crucial para la Unión Europea (UE). El primer ministro luso ha afirmado “en el día del Brexit, contra la división, afirmamos la cohesión. En Beja, 2 comisarios y 17 Estados miembros, del Báltico al Mediterráneo, del Atlántico al Adriático, juntos para una Unión Europea más cohesionada, más prospera y más solidaria para todos”

El presidente del Gobierno español, el también socialista Pedro Sánchez, y Andrej Plenkovi, primer ministro de Croacia, país que ocupa la presidencia en turno de la UE, figuran entre los líderes que han acudido a la reunión. La lista incluye también a los primeros ministros de Polonia, Malta, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Grecia, Hungría y Rumanía, y a los comisarios europeos de Presupuesto, Johannes Hahn, y Cohesión, la portuguesa Elisa Ferreira.

El grupo de “Amigos de la Cohesión” reúne a países que defienden el mantenimiento las políticas tradicionales de cohesión y agraria en el próximo presupuesto comunitario (2021-2027).

La Cumbre fue convocada hace un par de semanas por Costa y se produce en un momento de incertidumbre para el bloque europeo tras la retirada del Reino Unido -que se materializó ayer y supondrá un impacto superior a los 10.000 millones de euros anuales- y en plena negociación presupuestaria. Esta posible disminución de gasto afectará a España y particularmente a Portugal.

El gran escollo para la negociación estriba en que los países que más aportan al presupuesto comunitario no están dispuestos a superar el umbral del 1% mientras aquellos que tradicionalmente han recibido mayores cantidades reclaman entre el 1,1 y el 1,3%.

Para el Gobierno español, tanto la Política Agrícola Común como la política de cohesión siguen siendo útiles como vertebradoras del territorio y, además, tienen un papel modernizador a la hora de fomentar la transición hacia una economía más verde, que es un objetivo transversal europeo.

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