Portugal, que preside el Consejo de la Unión Europea (UE) durante el primer semestre del año, espera que las ayudas del Fondo de Recuperación europeo empiecen a llegar a los países en primavera o verano, y se centrará en cerrar cuanto antes los últimos flecos para su puesta en marcha.
«Mi perspectiva es que en primavera o verano el dinero empiece a circular y los recursos financieros para financiar los planes de inversión y reformas de los Estados miembros estén disponibles», ha explicado el ministro de Exteriores luso, Augusto Santos Silva, en un encuentro telemático con la prensa europea.
La UE dio luz verde al Fondo de Recuperación pospandemia en diciembre, tras sortear el veto de Hungría y Polonia, pero la legislación para ponerlo en marcha aún debe ser ratificada por los 27 Estados miembros para que la Comisión Europea (CE) pueda emitir deuda para financiarlo.
El Ejecutivo portugués, cuyos miembros presidirán las reuniones ministeriales hasta finales de junio, espera que esta ratificación concluya a más tardar en marzo. Esto permitirá a los países presentar después sus planes nacionales a la Comisión, que tiene dos meses para evaluarlos y dar su visto bueno.
Santos Silva ha considerado que, dado que Bruselas debatirá de antemano con las capitales los borradores de sus planes, esta aprobación podría tardar menos, con lo que «en primavera, muchos planes nacionales, sino todos, estén en condiciones de ser aprobados formalmente por el Consejo (los Estados)».
Este calendario permitiría que a finales de primavera o principios de verano el dinero empiece a llegar a los países. España recibirá hasta 140.000 millones de euros, unos 72.000 millones en transferencias a fondo perdido y el resto en créditos.
«Tenemos que avanzar lo más rápido posible en el plan de recuperación», ha dicho, por su parte, el ministro luso de Economía y Transición Digital, Pedro Siza, quien ha rehusado anticipar si la persistencia del coronavirus forzará a engrosar el paquete de recuperación, y ha instado a no «devaluar» la importancia de lo ya acordado.
Ha reconocido, no obstante, que la tercera ola obligará a los países a seguir prestando apoyo inmediato a trabajadores y empresas, un «gasto cuya gestión es más difícil para los Estados», frente a los que vendrán después para financiar reformas más enfocadas al futuro. «Espero que podamos continuar con estos esfuerzos al mismo tiempo que aceleramos la posibilidad de recuperación», ha afirmado.
Nueva legislación digital
Más allá de la reconstrucción económica, pero en relación con la misma, la digitalización será una de las prioridades de la Presidencia portuguesa, que quiere avanzar en las negociaciones de la nueva Ley de Servicios Digitales y Ley de Mercado Digital comunitarias.
Siza ha reconocido que no esperan «cerrar todos los temas» durante su Presidencia, pero sí elevar el debate al nivel ministerial para generar «un consenso que luego pueda tener seguimiento».
El ministro portugués ha considerado que la UE «no puede permitirse» no tener un marco para regular el desarrollo de la economía digital, y ha advertido de que cualquier regla «capaz de disciplinar» este mercado tendrá inevitablemente un impacto en los modelos de negocio de las tecnológicas.
«Deberíamos dar una legislación que sea efectiva y todo el mundo sienta que es justa, incluso si tiene un impacto inmediato en los modelos de negocio», ha dicho en referencia a una norma que busca regular el control que los gigantes de Internet tienen en el mercado.