Los comerciantes de la zona rayana de Tui (España) y Valença do Minho (Portugal) se han manifestado este lunes ante el primer ministro portugués, António Costa, para exigir la apertura inmediata de la frontera terrestre hispanolusa, cuyo paso está restringido por la pandemia desde el pasado 29 de enero. «Queremos trabajar», se podía leer en una de las pancartas que portaban algunas decenas de comerciantes que han protestado a la llegada de Costa a Valença do Minho, durante la inauguración de la línea ferroviaria electrificada que llega a esta localidad procedente de Viana do Castelo.
Carla Mota, empresaria portuguesa de esta zona fronteriza del norte portugués que regenta tres restaurantes, ha declarado a medios locales que el cierre fronterizo supone para la economía «pérdidas brutales», ya que sólo pueden cruzar de un país a otro por los pasos habilitados los transportistas y los trabajadores transfronterizos. João Cunha, portavoz de los manifestantes, ha asegurado que han sido recibidos por un miembro del gabinete del primer ministro portugués, que les ha garantizado que «en un 99%» se tomará la decisión de reabrir la frontera en la próxima revisión.
De esta manera, confían en que todos los pasos fronterizos a lo largo de los 1.200 kilómetros terrestres entre España y Portugal puedan reabrirse el próximo 3 de mayo, día en que está previsto que comience la última fase de la desescalada en Portugal. Tanto en el cierre fronterizo que hubo entre el 17 de marzo y el 30 de junio de 2020 durante la primera ola de la pandemia, como en este segundo cierre, las autoridades políticas y civiles de las ciudades fronterizas, además del sector empresarial, han insistido en que esta medida está ahogando la economía de la Raya.
Los habitantes de las ciudades fronterizas están habituados a cruzar la frontera a diario para su actividad cotidiana, imprescindible para la economía local. Sin embargo, los establecimientos comerciales y la restauración están bajo mínimos por falta de actividad. Incluso, algunos empresarios y políticos han insistido en la idea de que se reconozca mediante un «carné transfronterizo» a las personas que viven en estas zonas para facilitar su circulación entre ambos territorios.
Portugal se encuentra en estado de emergencia hasta el 30 de abril y el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, ya ha manifestado su voluntad de que no tenga que renovarse, aunque todo dependerá de la evolución del virus. Con algo más de 10 millones de habitantes, Portugal suma desde que empezó la pandemia 834.442 casos confirmados del virus, de los que casi 24.800 están activos, y 16.965 muertos.