El presidente francés, Emmanuel Macron, ha afirmado que no hacen falta nuevas interconexiones de gas con España porque las actuales están muy lejos de la saturación, y ha añadido que el proyecto de gasoducto MidCat no se justifica por motivos energéticos o ambientales. Macron, durante una conferencia de prensa sobre energía, ha explicado que los dos gasoductos que unen actualmente los dos países, por el País Vasco y Navarra, están «infrautilizados», pues desde febrero se están utilizando al 53% y que en agosto ha sido Francia la que ha exportado gas a España y no al contrario. En cambio, se ha mostrado a favor de «desarrollar las conexiones eléctricas con España» para la exportación a Europa de energía producida a partir de renovables, ha señalado tras una conversación con el canciller alemán, Olaf Scholz, sobre la situación energética de Europa.
Según el periodista Enric Juliana, «Francia no quiere que Alemania forme red con la península ibérica y el norte de África». Esta actitud francesa puede obligar a cambiar de planes a los Gobiernos ibéricos, en el sentido de reforzar su estrategia para garantizar el abastecimiento propio, así como apostar por la alternativa de la exportación a Alemania por Italia. Este sería el proyecto de conexión por gasoducto entre Barcelona y Livorno (Italia). Recientemente la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, afirmó: «De momento, lo que estamos haciendo es activar una especie de puente marítimo entre Barcelona y Livorno. Una gran regasificadora con capacidad de almacenamiento y para recibir grandes buques metaneros de la que salen metaneros de menor tamaño hacia la otra planta de Livorno, más antigua y de menor tamaño de regasificación».
Enagás y su homóloga italiana Snam ultiman el estudio de viabilidad técnica del proyecto, cuyos trabajos iniciaron el pasado mayo. A falta de conocerse los detalles definitivos del informe, las estimaciones iniciales contemplan inversiones conjuntas por unos 3.000 millones de euros para construir un tubo submarino de cerca de 800 kilómetros, que podría estar operativo en 2028 y que pasaría a utilizarse para transportar hidrógeno verde en 2039. El tubo tendría una capacidad para transportar 10.000 millones de metros cúbicos de gas (10 bcm) al año, con posibilidad de elevarlo hasta 15.000, con lo que España duplicaría o incluso triplicaría su capacidad de exportación actual por tubo.