En el escenario financiero europeo se vislumbra una «guerra» inminente entre los países del «Norte», como Alemania, Francia, Bélgica y Holanda, y los del «Sur», como España, Italia y Portugal. El motivo es la anticipada introducción del euro digital, un proyecto en el que el Banco Central Europeo (BCE) ha estado trabajando durante años, y que resalta la creciente necesidad de un sistema de pagos digital eficiente. Esta innovación busca redefinir la forma en que los europeos realizan y reciben pagos, aprovechando una infraestructura de cuenta a cuenta para permitir transacciones más rápidas y una variedad de servicios de valor agregado.
Por el momento, los países del Norte llevan la ventaja con el reciente anuncio del lanzamiento de la aplicación Wero, según un comunicado de la Iniciativa Europea de Pagos (EPI). Sin embargo, se espera que el bloque del Sur presente un sistema alternativo con el potencial de dominar el panorama de pagos de todo el continente. En España, Bizum ya cuenta con 24 millones de usuarios activos, representando a la mitad de la población española, y se utiliza predominantemente entre personas de 18 a 64 años para dividir cuentas y realizar compras en línea con decenas de transferencias cada segundo.
Desde su creación en 2016, Bizum ha facilitado el movimiento de más de 111.000 millones de euros, con 762 millones de operaciones solo en 2022, y una transacción media de 53,5 euros. A pesar de que 23 entidades son propietarias de Bizum, con CaixaBank, Santander y BBVA como principales accionistas, ningún banco puede poseer más del 24% de las acciones. La batalla por el euro digital está en pleno apogeo, y el resultado podría determinar el futuro de los sistemas de pago digitales en Europa, así como el equilibrio de poder financiero entre los países del norte y del sur.