Los equipos de emergencia en España y Portugal combaten decenas de graves incendios forestales en medio de una ola de calor que ya dura diez días y que está dejando temperaturas récord de hasta 44 °C. El Ministerio del Interior ha movilizando a más de 5.000 policías y guardias civiles para labores de extinción, evacuación, control de tráfico e investigación. Las comunidades más afectadas son Madrid, Galicia, Andalucía, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y Navarra, además de focos en la Comunidad Valenciana. En Cádiz, el fuego de la Sierra de la Plata ha obligado a evacuar a 2.000 personas, mientras que en Zamora (un voluntario ha fallecido) y León miles de vecinos han tenido que abandonar sus hogares por la proximidad de las llamas.
Entre los focos más graves destacan el incendio de Tres Cantos (Madrid), con 1.500 hectáreas calcinadas y la muerte de un hombre; el del Macizo Central de Ourense, que supera las 3.000 hectáreas quemadas; y el de Las Médulas (León), que ha arrasado este espacio Patrimonio de la Humanidad. En Extremadura y Castilla-La Mancha, el incendio de Navalmoralejo ha devastado 3.250 hectáreas, aunque las previsiones de viento y tormentas secas amenazan con reactivaciones.

En Portugal, más de 700 bomberos y seis helicópteros trabajan en Trancoso, al norte del país, para frenar tres frentes activos que amenazan varias aldeas. Las autoridades lusas han ordenado evacuaciones en Palhais, Reboleiro y otras localidades, mientras incendios más pequeños siguen ardiendo en territorios del norte. La combinación de vegetación seca, vientos de hasta 70 km/h y temperaturas extremas dificulta los esfuerzos de extinción y aumenta el riesgo de que nuevos focos se propaguen rápidamente.
La ola de calor no da tregua y afecta también a Italia, Francia y los Balcanes, con temperaturas superiores a los 40 °C y graves consecuencias para la agricultura. En Italia, la sequía ha reducido en un 30 % la producción de hortalizas en Apulia, mientras que en Inglaterra la escasez de agua se considera ya una cuestión de “importancia nacional” tras registrar el semestre más seco en medio siglo. Los expertos advierten que estos fenómenos extremos serán cada vez más intensos y frecuentes por el cambio climático, que convierte al sur de Europa en un verdadero horno estival.