González Prada: «El Iberolux es un desafío para que nuestros países avancen en los acuerdos»

EL TRAPEZIO entrevista al secretario general de la Fundación Afonso Henriques

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La Fundación Afonso Henriques nace, en 1994, con sede en Zamora y Braganza, con una clara vocación iberista. La fundación se erige como un lugar de encuentro, entre españoles y portugueses, con la realización de actos encaminados a una mayor unión cultural entre ambos países. En Zamora, el secretario general de la FRAH, José Luis González Prada, reflexiona sobre el papel de la Fundación y la importancia de una unión ibérica ante los nuevos desafíos europeos:

– ¿A qué está dedicada exactamente la Fundación?

La Fundación nace con el fin de estrechar las relaciones entre España y Portugal, con un ámbito de actuación concreto como es el valle del Duero, un gran espacio ibérico lleno de recursos y de posibilidades. En el 94, año en el que se pone en marcha la idea eran más las intenciones que los proyectos. En estos momentos tenemos 4 grandes áreas de actuación: institucional, en la que se promueven reuniones de representantes de ambos países.

El segundo ámbito es el cultural, en el que se llevan a cabo actividades de conocimiento mutuo. En la dimensión educativa, que es el tercer pilar, tienen un papel muy importante los idiomas, el español y el portugués, que además de la impartición de clases somos centro examinador, en colaboración con el Instituto Cervantes y el Instituto Camões. Las personas que necesitan tener una titulación de nivel vienen a examinarse a la Fundación, sobre todo se contempla en el sector sanitario, ya que Portugal pide una acreditación del idioma para trabajar, incluso vienen desde fuera de la Comunidad a examinarse. La última dimensión es la económico/empresarial con un propósito de desarrollo económico de las personas que vivimos en este espacio lleno de oportunidades que, a la vez, es muy complejo y con muchos desafíos.

– ¿En qué beneficia su labor al ciudadano de a pie?

Cuando nosotros empezamos éramos la única entidad que impartía portugués, en estos momentos contamos en Zamora con la Escuela de Idiomas y el Consorcio de Idiomas, nosotros estamos más enfocados a cursos para colectivos más concretos, están adaptados a necesidades más específicas.

Además promovemos las relaciones entre ambos países que, en muchas ocasiones, se han materializado en proyectos europeos, lo que significa dinero y ventajas para los dos territorios.

Somos, asimismo, Centro de Información Europeo, lo que nos permite divulgar las oportunidades que hoy por hoy ofrece Europa, tanto a españoles como a portugueses. En Braganza existe otro Centro con el que mantenemos lazos muy estrechos, lo mismo ocurre con la FRAH en Portugal, también en Braganza. Participamos en foros a nivel europeo para poder trasladar la información a la ciudadanía. Se consiguieron declaraciones de Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco, el Alto Douro Viñateiro es una de ellas, gracias, en parte, a un proyecto liderado por esta Fundación. Es una contribución muy importante para todo el Alto Douro.

Durante estos años se han realizado múltiples formatos de encuentro, iniciativas, congresos, cursos, acciones de intercambio, etc.

– ¿Existe comunicación entre la Fundación y las autoridades portuguesas?

Sí, a través del propio Patronato tenemos una comunicación directa con la Cámara Municipal de Braganza, es nuestro interlocutor portugués más inmediato. La coordinación de estrategias entre ambas instituciones es total y absoluta.

En este momento también colaboramos con La Comunidad Intermunicipal Terras de Tras os Montes, entidad supramunicipal, podríamos decir que se está convirtiendo en una institución asimilable a lo que son nuestras Diputaciones, salvando las diferencias de ordenación territorial de ambos países.

Asimismo mantenemos relación con el Gobierno Regional del norte de Portugal, con sede en Oporto, que es la denominada Comisión de Coordinación de la Región Norte de Portugal y finalmente mantenemos contactos a nivel ministerial. Todo ello nos lleva a concluir que las relaciones con las administraciones portuguesas son inmediatas y directas, lo que permite abordar algunos de los problemas que comparten ambos territorios.

– ¿En qué punto se encuentra la colaboración entre España y Braganza para conseguir fondos europeos?

Nos encontramos en el diseño de las estrategias a llevar a cabo del 2021 en adelante. Tenemos prácticamente terminado el periodo de programación de cooperación transfronteriza. Se mantienen reuniones conjuntas, tanto con el Ayuntamiento, como con la Diputación, con el fin de preparar estrategias unificadas.

Muchas de ellas tienen que ver con el mantenimiento de las máximas prioridades, economía y empresa. Si somos capaces de conservar la actividad económica, las personas se quedarán a vivir aquí. El éxodo que padecemos se da por la falta de oportunidades.

La línea diseñada por las autoridades de ambos lados de la Raya consiste en valorar la cultura y el turismo, el territorio, la coordinación en los espacios naturales y ensalzar los productos alimentarios de calidad.

A su vez, en la agenda, también está todo aquello que tenga que ver con la calidad de vida de las personas. Por un lado está encaminado a las personas mayores, hay que seguir garantizando un nivel de servicios adecuado para que puedan seguir viviendo en su entorno natural y por otro, se enfoca a los menores, es necesario que tengan oportunidades educativas, además de luchar contra el riesgo de exclusión social, que puede significar vivir en lugares con una escasísima densidad de población. Para ello es fundamental el facilitar el acceso a las telecomunicaciones. Necesitamos carreteras y conexiones a internet.

– ¿Cómo calificaría el papel de una Unión Iberista ante el nuevo ‘Marco Plurianual de la Unión Europea, 2021-2027’, que la Comisión ya presentó con un recorte de presupuestos?

El iberismo sigue teniendo sentido si por iberismo entendemos un reconocimiento de una situación de hermandad. Si, por el contrario, lo miramos como una disolución de los diferentes estados para formar otro común, en estos momentos no tendría mucho sentido, dado que España y Portugal ya forman parte de otro proceso de formación mucho más útil para estos territorios, como es el proceso de la creación de la Unión Europea.

En el Marco Plurianual de la Unión Europea es donde veo más necesidad de plantear estrategias cada vez más unidas. Es cierto que hay perspectivas de descenso del presupuesto europeo en su conjunto. Yo, personalmente no creo que sea lo mejor. Es importante que Europa en vez de reducir su presupuesto fuera aumentándolo porque significaría una mayor integración. La contracción de las partidas para los Fondos de Cohesión, Fondos Feder y Fondos de Desarrollo Agrícola, no es el mejor escenario para ninguno de nuestros dos países. Es importante que territorios específicos puedan seguir contando con apoyos que permitan competir en los mercados. Seguimos en proceso de equilibrio, es fundamental que los europarlamentarios de ambos países definan posiciones comunes en el Parlamento Europeo.

Resulta fundamental que los gobiernos de España y Portugal tengan claras las estrategias comunes de nuestros dos países. Me siento optimista porque realmente creo que esto se está produciendo, aunque en ambos territorios se están dando debates distintos. En España se debate mucho sobre la despoblación y en Portugal la cuestión deriva hacia su interioridad. Debemos encontrar un denominador común entre ambas deliberaciones.

El criterio de repartición de los fondos atiende al nivel de territorio no de población, lo que perjudica seriamente a Castilla y León, región con mucho terreno y muy poca densidad poblacional.

– ¿Qué opina de las declaraciones del alcalde de Oporto, Rui Moreira, sobre la posibilidad de un Iberolux?

El reconocimiento de la cercanía es real. Tenemos ese sentimiento natural de pertenencia. Tanto portugueses como españoles se sienten en casa en ambos lados de la frontera.

Lo del Iberolux tiene un sentido de provocación, de desafío, para que nuestros países avancen en los acuerdos, pero formando parte de la Unión Europea. Mayor nivel de integración ya no existe, tenemos un nivel de permeabilidad absoluta.

Quedaría la armonización fiscal en la que el IVA (Impuesto sobre el valor añadido) sigue produciendo sus distorsiones. Podemos y debemos trabajar juntos, derribar, si es que existe todavía, alguna barrera mental, creo que este es el camino. Nuestra Fundación es profundamente europeísta. La lógica es que Europa tendrá que competir con mercados como el asiático, nos acercamos a verdaderos desafíos.

– ¿Qué opinión le merece a usted la poca viabilidad de los fondos dedicados a las provincias fronterizas?

Hay que replantearlo. Durante estos últimos años el dinero a la cooperación transfronteriza ha sido escaso. En España el dinero de los fondos estructurales se divide entre las Comunidades Autónomas aunque el Gobierno se reserva algún programa plurirregional. El dinero que hay para el POCTEP sigue siendo poco, además de que en muchas ocasiones no se dirige hacia las necesidades específicas de las zonas de frontera, han servido para otro tipo de actuaciones a nivel regional. En el nuevo periodo es fundamental que se ayude a estas zonas de frontera a recibir estos fondos.

Otro problema que plantean los fondos Interreg es que se tienen que pedir, un Ayuntamiento pequeño no tiene un departamento de fondos europeos. Al no pedirlo no lo reciben. La Diputación lo hace, pero no es el mejor sistema. Sería más útil que Europa invirtiera y ejecutara directamente estos proyectos. La Unión Europea debería tener estructuras de trabajo para desarrollar proyectos no sólo en Bruselas sino también en los países, especialmente en los territorios con más necesidades. Colaborando con Diputaciones, Ayuntamientos, etc. es un modelo completamente distinto.

– Existe una corriente de opinión que pide que se realice una discriminación positiva en Zamora, tal y como ocurre en las Islas Canarias ¿ve viabilidad en este proyecto?

Creo que es la única de las hipótesis posibles, solo si en territorios especialmente deprimidos social y económicamente somos capaces de ofrecer ayudas extraordinarias lograremos salvarnos. Debemos ofrecer condiciones que no se den en otros lugares. Estas medidas de discriminación positiva son medidas de justicia. Tienen que tener menor carga expositiva, el futuro de estos territorios pasa por esto, una vez que la economía se mantenga se podrían quitar estos incentivos. Los países más ricos deben ayudar a los más pobres.

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