Lula se ha quedado a menos de dos puntos del 50%+1 de los votos necesarios para ganar las elecciones en la primera vuelta. La fiesta va a tener que esperar un mes más para los lulistas que creían que la victoria estaba al alcance de la primera vuelta. Los resultados de los dos primeros candidatos son los siguientes:
Los resultados de Lula, líder del Partido de los Trabajadores, están dentro del margen de error (a la baja), pero las empresas demoscópicas no han logrado captar el voto bolsonarista. La ausencia de censo oficial demográfico actualizado y el voto no reconocido (por Bolsonaro) por parte de los encuestados, son algunas de las razones que se atribuyen al error de las encuestas.
Bolsonaro y Lula concentran un 91% del voto en la primera vuelta, lo que supone una segunda vuelta adelantada. Una de las conclusiones no esperadas es la resistencia del bolsonarismo. Bolsonaro conserva la fuerza electoral de las últimas elecciones, incluso sorprende porque el líder de ultraderecha puede haber atraído -en clave de voto útil- parte de los votos del centro derecha (MDB) y del nacionalismo desarrollista (PDT). El bolsonarismo confirma así su enraizamiento sociológico.
En Europa, Lula ha vencido en las principales ciudades entre los emigrantes brasileños, incluyendo España y Portugal. La segunda vuelta, que será el 30 de octubre, se antoja muy dura, aunque el favorito sigue siendo Lula. Geográficamente, Brasil continúa dividido entre el nordeste lulista y el sudeste bolsonarista. Una curiosidad del recuento es que comienza en el sudeste por lo que hasta que no entra el nordeste, el líder de la derecha siempre va por delante.
Por lo general, las elecciones se han desarrollado en un clima pacífico y democrático.