Restablecido el orden en Brasilia: 400 detenidos e intervenida la seguridad del Distrito Federal

Lula y la democracia brasileña reciben el apoyo unánime iberoamericano e internacional

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Las sedes de los tres poderes del Estado brasileño: el ejecutivo (Planalto), el legislativo (Parlamento y Senado) y el judicial (Tribunal Supremo) han sido víctimas de un asalto de dos millares de fascistas bolsonaristas. Todavía no han sido cuantificados los daños materiales contra el patrimonio, pero se presuponen que son altísimos porque incluyen piezas artísticas de incalculable valor. No sólo ha habido destrucción, sino también robos. Hasta el momento no hay ninguna víctima mortal. Lula estaba en São Paulo cuando ha ocurrido el asalto. En estos momentos vuelve a Brasilia.

Las autoridades políticas y policiales han ordenado retener los autobuses que transportaron a esos grupos de asaltantes, de los que se ha conseguido detener a 400 golpistas. El asalto se ha producido en connivencia con la policía del gobierno “autonómico” del Distrito Federal de Brasilia, es decir, del Estado (Autonomía) que gestiona la capital de la República brasileña. El secretario de Justicia (consejero) del Distrito Federal está en los Estados Unidos y el Abogado General del Estado ha solicitado su detención. El presidente Lula ha decretado la intervención de la competencia de seguridad del Distrito Federal. Brasil es una federación, pero el presidente puede decretar -en cualquier momento- la intervención de los Estados federales, lo que en España se conoce como artículo 155 (que tiene otros requisitos más garantistas con la autonomía).

Los campamentos bolsonaristas -delante de los cuarteles del Ejercito brasileño- están ahora en el punto de mira de las autoridades políticas y jurídicas. Los bolsonaristas viven entre la frustración de la derrota y la retroalimentación típica de sectas, con elementos cada vez más radicalizados. Hasta el momento no se han reprimido por razones de oportunidad y por las dudas sobre qué fuerza policial o militar debe realizarla. Bolsonaro está en estos momentos en Orlando (Estados Unidos).

Este asalto supone un desgaste de la imagen de Brasil en el mundo. No obstante, el apoyo solidario que ha recibido el Estado de Derecho brasileño y el Gobierno Lula ha sido abrumador. Internamente, las patronales y las principales autoridades políticas han condenado el asalto terrorista bolsonarista. Los países iberoamericanos y la comunidad internacional en general han apoyado al Gobierno brasileño. En España, el asalto ha sido condenado por el PSOE, PP y Podemos, entre otros. Los ministros de Exteriores ibéricos se pusieron en contacto con su homólogo brasileño, poniéndose a su disposición. Los países de la iberofonía fueron los primeros en solidarizarse con la democracia brasileña, incluyendo los lusófonos africanos.

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