La Casa de la Lusofonía y el Foro de la sociedad civil ibérica se han convertido en un clamor en un encuentro de diplomáticos, abogados y periodistas ibéricos convocado por el Fórum de los Portugueses, que representa a la comunidad lusa en España. Lo que supone que comienza a haber una convergencia y consenso de ideas estratégicas en torno de una opinión pública ibérica. Es decir, el principal objetivo de EL TRAPEZIO empieza a hacerse realidad. EL TRAPEZIO ha sido pionero y parte de esa vanguardia de ideas, desde su modesta contribución, pero efectiva, en su paciente martilleo diario de argumentos a favor de la coordinación peninsular. Estos fueron los principales mensajes de los intervinientes:
João Mira Gomes, embajador de Portugal en España, ha hecho referencia al estado de “mutuo entendimiento” entre España y Portugal, citando el artículo de la embajadora española, que el periódico portugués Expresso y EL TRAPEZIO han publicado. Marta Betanzos Roig, en este encuentro digital, ha subrayado que hace falta “ambición” a las relaciones luso-españolas. La embajadora ha agregado que “hay que ir más allá de nosotros mismos para sacarle partido” a las posibles sinergias, en aquellos sectores que todavía no tengan una cooperación ibérica, especialmente en el sector de la investigación científica.
El embajador portugués ha defendido la creación de un Foro de la sociedad civil ibérica, un espacio que EL TRAPEZIO ha ayudado a fundar y ya existe: El Foro Cívico Ibérico. No obstante, más allá de esta iniciativa ciudadana iberista, lo que apreciamos en la idea del embajador es organizar una entidad con musculatura financiera, donde hubiera una representación de la sociedad civil de ambos países.
Belén Rodrigo, del Fórum de los Portugueses y colaboradora de EL TRAPEZIO, ha contado su experiencia en Portugal como corresponsal desde que llegó con 23 años. La periodista española ha aprovechado su intervención para lanzar la idea de una Casa de Portugal en Madrid, una reivindicación que estamos abordando en esta semana en EL TRAPEZIO como Casa de la Lusofonía, aunque en este caso vinculada a un proyecto en Ourense. No obstante, no es incompatible con que una Casa de la Lusofonía tenga varias sedes, como la Casa Árabe. Belén Rodrigo ha recordado la necesidad de recuperar la antigua idea de intercambiar edificios históricos simbólicos entre Madrid y Lisboa, para el Instituto Camões y el Instituto Cervantes. La periodista también apunta a que muchos españoles ya han aprendido a tener más sensibilidad intercultural cuando llegan Portugal.
Antonio Garrigues, presidente de honor del conocido despacho de abogados, que tiene oficinas en Lisboa y Oporto desde 2005, ha dicho que, más allá de los elogios mutuos a una relación que es buena, hay que constatar que es una relación económica y cultural que “no es completa, ni suficiente”. Ha reconocido que el evento es más importante de lo que parece porque busca sinergias y realiza autocríticas ante las oportunidades desperdiciadas. Sugiere una política conjunta ibérica para Europa, Estados Unidos y América Latina. Y considera que los españoles tienen más culpa que los portugueses en esa limitación de las sinergias ibéricas.
Antonio Muñoz Molina ha recordado que su relación con Portugal comenzó el 25 de abril de 1974. Posteriormente se interesó por su cultura. El escritor español ha declarado que “el juego de semejanzas y diferencias entre España y Portugal es muy enriquecedor”. Muñoz Molina, acostumbrado a vivir en el extranjero, ha manifestado que la experiencia en Portugal es única porque el español se siente en casa y al mismo tiempo vive la ventaja de conocer una cultura que desconoce. Lo mismo ocurre al revés. También ha resaltado la forma saludable con que la cultura portuguesa se relaciona con el pasado y su tradición. Muñoz Molina ha declarado su apoyo a la idea de una Casa de la Lusofonía y ha advertido que es “un delito” que todavía no haya buenas conexiones ferroviarias entre España y Portugal.
Inocencio Arias ha contado una serie de anécdotas de sus 4 años de diplomático en Portugal en tiempos revolucionarios, cuando se produjo un asalto a varias sedes del Estado español en Lisboa, en un contexto de todavía régimen dictatorial en España. Por otro lado, ha revelado que Mário Soares les pidió ayuda para huir a España en caso de que hubiera un golpe de Estado de sectores comunistas. Esta información la reveló años atrás en un artículo para el Diário de Noticias, que tradujeron, pero finalmente no lo publicaron. Algo que indignó a Inocencia Arias. El diplomático cree que el antiespañolismo en Portugal está bajo mínimos en relación con los años setenta.
Rosa Cullell, exdirectiva de PRISA en Portugal durante 8 años, ha contado como recibió a los 51 años esa maravillosa oportunidad única de mudarse a Lisboa. Cullell ya sabía portugués en aquella época, lo que facilitó aún más su trabajo donde fue muy bien recibida. Ha afirmado que en Portugal aprendió a tener paciencia. La periodista catalana ha apoyado las reivindicaciones de la mejora en las conexiones ferroviarias y de la Casa de la Lusofonía. Cullell tiene planes de futuro en el Alentejo y reconoce que las relaciones son incompletas, por eso afirma que hay que “completarlas”. En cuestiones de identidad, reconoce que tiene el corazón partido entre diferentes lugares: “eso es Iberia”.
El embajador portugués ha considerado más factible la idea del Foro de la sociedad civil ibérica que la Casa de la Lusofonía.