Confusión en la Raya por las restricciones del Gobierno portugués

Mostrando el certificado de vacunación se puede pasar de un país a otro con total normalidad

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«Confusión» ha sido la palabra más escuchada en el paso entre Fuentes de Oñoro y Vilar Formoso, en la frontera hispanolusa, por las restricciones impuestas en Portugal para frenar la expansión de la pandemia. Portugal ha estrenado este miércoles el «estado de calamidad» que incluye, entre otras medidas, la obligatoriedad de presentar certificado de vacunación en la frontera para los ciudadanos europeos procedentes de zonas de bajo o moderado riesgo -como España- y test negativos adicionales para los que llegan de áreas de alto nivel de contagio -como Francia o Alemania-.

Agentes de ambos lados de la Raya hispanolusa han reconocido a Efe que en estos días se ha generado demasiada confusión y recordaban que, en realidad, mostrando el certificado de vacunación se puede pasar de un país a otro con total normalidad en el caso de los ciudadanos españoles. De manera esporádica, los agentes de la Guardia Nacional Republicana (GNR) de Vilar Formoso, al igual que en otros puntos de la frontera hispanolusa, paraban este jueves a los vehículos para pedir la documentación.

Los viajeros procedentes de España, Rumanía o Suecia pueden cruzar con el certificado de vacunación. Para otros países de la UE con mayor incidencia, los viajeros tienen que presentar, además, un test negativo de covid. Pese a los controles, se puede circular con normalidad en todos los paso fronterizos entre España y Portugal, aunque por momentos puede haber algunas colas de vehículos en cruces puntuales, según la GNR.

MAYOR COORDINACIÓN

Sin embargo, empresarios de ambos lados de la frontera reconocen que los controles han generado confusión y ha bajado el flujo de personas que transitan por la frontera. El alcalde de Vilar Formoso, André Silva, entiende que para estas cuestiones debería de existir «un acuerdo en un radio de 30-40 kilómetros porque los negocios son conjuntos entre Portugal y España».

«Han metido demasiado miedo a la población, no es tan real como parece, no se piden PCR y, sobre todo, en países de riesgo bajo como es España no tenemos ningún problema en pasar», explica Juan Luis Bravo, dueño del supermercado Carrefour y de varias gasolineras en la frontera de Fuentes de Oñoro. En estos dos primeros días de restricciones están «un 50 % por debajo de las previsiones que tenían», asegura Bravo, ya que «la gente tiene miedo y eso se traduce en menos clientes».

En el estreno de las restricciones, el miércoles, festivo en Portugal, los empresarios de las zonas españolas esperaban la llegada de muchos portugueses pero hubo una disminución considerable. Susana Pérez, teniente de alcalde de Fuentes de Oñoro, reconoce que «la gente empieza a tener miedo para cruzar la frontera al no tener claro cómo podemos pasar».

PORTUGAL EN LA QUINTA OLA

Portugal, inmerso en la quinta ola de coronavirus, comenzó el día 1 con la fase de estado de calamidad, el mismo día en que fue registrada la cifra más alta de contagios desde febrero, con un total de 4.670 positivos, 17 muertos y una incidencia de 349,8 por cada 100.000 habitantes a 14 días. Desde el miércoles, también es obligatorio presentar el certificado de vacunación para acceder a restaurantes y espacios cerrados.

La variante ómicron de covid también ha sido detectada esta semana Portugal y ya han sido notificados 19 casos, todos ligados a la plantilla del equipo de fútbol del Belenenses, que milita en la Primera División lusa. El estado de calamidad estará en vigor hasta el 20 de marzo, aunque su periodo más restrictivo se registrará después de las vacaciones navideñas, entre el 1 y el 9 de enero, en la «semana de contención», cuando se cerrarán bares y discotecas, se recuperará el teletrabajo obligatorio y se aplazará el inicio del curso escolar.

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