El Corredor Internacional Sul

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La pasada semana Infraestruturas de Portugal organizó un seminario sobre el Corredor Internacional Sul, que dentro del programa Ferrovía2020, están ejecutando en la actualidad y que consideran la mayor inversión ferroviaria del último siglo. Distintos responsables políticos y administrativos expusieron la situación y alcance de las inversiones, y distintos agentes y operadores logísticos mostraron sus preocupaciones y esperanzas en esta gran infraestructura ferroviaria, que debe vertebrar el sur de Portugal, pero también conectarla con Europa a través de España.

El secretario de Estado de Infraestructuras, Jorge Delgado, confirmó una vez más la apuesta portuguesa por el tren, reafirmada ese día con la aprobación por el Consejo de Ministros de la mayor compra de la historia de material móvil. Ya sin disimularlo se habló de las características de alta velocidad de esta infraestructura, diseñada inicialmente para circular a 250 km/h, en su mayoría con una sola vía, pero preparada para poner el segundo carril y tener características mas equiparables a la alta velocidad española. Ya se habla sin rubor de pasajeros, tras ser negado durante unos años y considerarse solo para mercancías. Animó a participar en el debate abierto para la elaboración y aprobación del Plano Ferroviario Nacional, actualmente en marcha.

El ingeniero de IP, José Carlos Clemente, responsable de estas infraestructuras dio una detallada información del estado de las obras y concursos en marcha, confirmando que estarán todas terminadas en el 2023. Anunció que los dos concursos, que están pendientes de iniciar, están previstos que en septiembre estén las obras en marcha. Con estas obras ya estará todo el tramo de Lisboa /Setúbal/Sines con Caya en disposición de estar conectado por esta nueva ruta por Évora con importantes ahorros de costes, de tiempos y de emisiones contaminantes. Un hito histórico para las conexiones ibéricas, tanto en lo que supone en las conexiones Lisboa- Madrid, conexiones Atlántico-Mediterráneo como la conexión de Portugal con Centro Europa a través de España. Muy importante, muy clarificadoras y también tranquilizadoras las informaciones aportadas por el ingeniero Clemente.

Un panel de distintos operadores logísticos puso de manifiesto la importancia del Corredor y algunas preocupaciones. El administrador del Puerto de Sines, Duarte Lynce de Faria, resaltó la importancia del Puerto de Sines para toda Portugal y todos sus puertos, así como la necesidad de mejora de sus conexiones con el interior. Resaltó que para transportar de manera masiva sus cargas por el interior es necesario poder circular con trenes de 750 metros y todavía hay muchos impedimentos para ello, tanto en Portugal como en España, y eso hay que resolverlo. De nada sirve resolverlo en Portugal si España no lo resuelve. Manifestó su preocupación y cómo se repartirán los canales de la línea entre pasajeros y mercancías, y reclamó la conexión directa con Grândola. Fernando Lima de Transitex se centró especialmente en la necesidad de que exista una liberalización real de la operativa ferroviaria de mercancías, al estar todavía muy concentrada la oferta y restar competitividad. José Castel-Branco, administrador de los Puertos de Lisboa y Setúbal, insistió en la necesidad de concluir una conexión ferroviaria fluida del Puerto de Setúbal y resaltó que este puerto es el más directo para las conexiones con Extremadura, tanto para la entrada como para la salida de mercancías, incrementando su competitividad ente España y Alentejo, y muy especialmente con Europa. Álvaro Fonseca de Takargo destacó la importancia de disponer y adaptar el material circulante a las necesidades de Portugal y la necesaria conexión con Valencia por Puertollano. Es muy necesaria la electrificación del tramo Mérida- Puertollano.

Además participaron Antonio Nabo Martins, presidente executivo de ADAT, Carlos Fernándes, vicepresidente de IP, y Carlos Secchi, coordinador europeo del Corredor Atlántico. Todos manifestaron su apuesta por el Corredor Internacional Sul, su importancia dentro del Corredor Atlántico de la RTE-T, y su confianza en que continuarán las inversiones en esta década hasta la finalización de las planificaciones europeas y la conclusión de las obras en ejecución.

Fue una sesión muy estimulante y esperanzadora, pues se visualizó una voluntad colectiva por el ferrocarril y una apuesta sin disimulos por la línea, tanto de pasajeros como de mercancías, como se ha hecho con anterioridad. No obstante, también se visualizó una cierta descoordinación y desconfianza con lo que se está haciendo al otro lado de la frontera. Desconfianza que también percibo en España, a pesar de las insistencias oficiales de la permanente coordinación. A lo mejor junto a tantas inversiones millonarias y promesas locales debería emplearse más tiempo y voluntad en trasladar información, buscar puntos de encuentros, coordinar esfuerzos y acelerar acciones para conseguir lo que verdaderamente importa que es convertir estas inversiones en mejora de la movilidad y la logística ibérica, calidad de vida para la ciudadanía y desarrollar los territorios afectados. Estas infraestructuras pueden suponer una palanca para el desarrollo de los dos países y conseguir convertir la península ibérica en la plataforma logística de Europa, con lo que ello supone para el desarrollo industrial y agroalimentario de todo el territorio y expandir por todo el interior la actividad turística, en la que conjuntamente ya somos líderes indiscutibles del mundo. No son malos retos y no deberían retrasarse la entrada en uso de estas infraestructuras.

Y la puesta en marcha no se debe hacer esperar, poniendo objetivos temporales ambiciosos pero realistas y posibles. Este año, Año Europeo del Ferrocarril, debería empezar a funcionar un servicio de pasajeros entre Lisboa y Madrid por la Linha do Leste en Portugal y por las nuevas plataforma disponibles en España, junto con algunas mejoras del sistema de seguridad y las conexiones digitales. En el 2023 debería estar concluida la electrificación entre Mérida y Puertollano y la Linha do Leste, consiguiendo una conexión eléctrica completa entre Lisboa/Setúbal/Sines y Madrid /Valencia, y desde estos puntos con Centro Europa. Conexión que se mejoraría sensiblemente en el 2025 con la conexión Évora-Elvas y otras en España y Portugal. Y como objetivo final que, en el año 2028, tengamos en condiciones de finalización la línea de alta velocidad mixta contemplada en el Corredor Atlántico de la RTE-T, que nos exigen tenerla terminada en el 2030. Para esto último hay muchas decisiones sin tomar, y que no deben retrasarse, pues ya llevan demasiados retrasos.

 

Antonio García Salas – Coordinador de Sudoeste Ibérico en Red

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