Desde el 2010, Portugal está emergiendo como uno de los países con más crecimiento en el campo de la investigación científica, especialmente en el ámbito biomédico. Cada vez son más los estudiantes que deciden continuar su carrera en el país de los azulejos y no tienen miedo de abordar desafíos científicos complejos con una perspectiva innovadora y multidisciplinar.
Este es el caso de Diana Matias, Vera Constâncio, Nuno Santos y Giulia Ghedini, quienes, con sus becas de doctorado INPhINIT y posdoctorado Junior Leader de la Fundación ”la Caixa”, están contribuyendo al bienestar social a través de la innovación científica.
En el Instituto de Medicina Molecular (iMM), en Lisboa, Diana Matias investiga nuevas terapias para mejorar el tratamiento del cáncer creando nanopartículas que modulan el sistema inmunitario para que reconozca y ataque a las células cancerígenas de forma más efectiva. “Esto podría influir significativamente en el futuro de las terapias para tumores sólidos y otras patologías en las que el sistema inmunitario no llega a funcionar de manera adecuada”, apunta.
Para Diana, uno de los aspectos más importantes de su trabajo es “hacer algo que tenga un impacto en la sociedad y en las generaciones futuras”, asegura. Y no lo hace sola. “Esta beca me permitió dar el primer paso como investigadora principal (IP) al ofrecerme la oportunidad de supervisar a estudiantes de posgrado y crear mi propio grupo. La investigación también trata de eso, de inspirar a otros investigadores y compartir nuestros conocimientos. Estar cerca de la familia y amigos es una ventaja extra”, añade.
¿Por qué decidió establecerse en su país natal? “Portugal tiene institutos extraordinarios, con recursos e instalaciones de alta tecnología que pueden impulsar mi investigación. Además, quería regresar para compartir los conocimientos adquiridos en el extranjero y contribuir al crecimiento de la comunidad científica en el país donde me formé y di mis primeros pasos como investigadora”.
A 326 kilómetros de distancia, en el Centro de Investigação do Instituto Português de Oncologia do Porto, nos encontramos con Vera Constâncio. Vera, que está a punto de finalizar su doctorado, sigue los pasos de Diana: establecer su carrera como investigadora en Portugal. “Para mí, estar cerca de la familia y los amigos, y disfrutar del soleado clima portugués —se ríe— son factores importantes. Además, Portugal cuenta con excelentes instalaciones de investigación”.
El campo de estudio de Vera también se centra en el cáncer, específicamente en el de próstata. “Uno de los proyectos de mayor repercusión en los que estoy trabajando ha confirmado la viabilidad de un análisis de sangre para detectar múltiples tipos de cáncer”, comenta. Este logro, según nos explica, podría mejorar significativamente los métodos de cribado y detección precoz. Sin duda, es un ejemplo claro del impacto y talento que caracteriza a esta comunidad.
Vera mira con optimismo al futuro y destaca el reciente avance en la investigación gracias a la tecnología. “La colaboración entre bioinformáticos e investigadores, junto con el auge de la inteligencia artificial, acelerará nuestros avances en el laboratorio, lo que nos llevará a una comprensión más profunda de las enfermedades”.
Cuando le preguntamos sobre las habilidades que considera esenciales para un investigador hoy en día, responde: “Adaptabilidad, resiliencia y apertura a la colaboración”. Y subraya cómo este último aspecto ha podido potenciarlo todavía más gracias a su beca: “No se trata solo del apoyo económico; formar parte de la comunidad de becarios me ha permitido relacionarme con investigadores de diversos campos. Además, los encuentros organizados por el programa me han dado acceso a numerosos talleres centrados en competencias interpersonales, cruciales para entornos de investigación colaborativos e interdisciplinarios. Y este, sin duda, es uno de los aspectos más apasionantes de ser becaria de la Fundación ”la Caixa”. La mayoría de los programas de doctorado se enfocan exclusivamente en los aspectos académicos y curriculares, pasando por alto la importancia de estas habilidades, que son esenciales en todos los ámbitos de la vida”.
Nuno Santos Oliveira nos saluda desde la Unidad de Biociencia Molecular Aplicada (UCIBIO). Su interés por estudiar la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) comenzó a gestarse casi sin que se diera cuenta: “Las primeras veces que recuerdo haber oído hablar de la ELA fue en relación con el famoso caso de Stephen Hawking y el reto viral en redes sociales del cubo de hielo. Por aquel entonces, también descubrí que el (¡increíble!) cantautor portugués Zeca Afonso padecía ELA, y me impactó lo debilitante y progresiva que es la enfermedad”. Más tarde, en la universidad, Nuno se dio cuenta de que era a lo que quería dedicarse. “Mi sueño como científico sería descubrir un nuevo mecanismo de la ELA que pueda ayudar a encontrar un tratamiento”, dice.
Para él, al igual que para Diana y Vera, poder realizar su doctorado en Portugal es un verdadero regalo: “Me encanta la cultura, la música, la comida, el clima, la diversidad de paisajes… Todas las cosas que a todo el mundo le gustan de Portugal… Pero lo más importante es la posibilidad de trabajar en un tema que me apasiona y, al mismo tiempo, estar cerca de mis amigos y familia”, afirma.
También enamorada de estos paisajes, la cultura y los centros de investigación de vanguardia, la italiana Giulia Ghedini llegó al Instituto Gulbenkian de Ciência (IGC), en Oeiras. “Escogí Portugal, sobre todo, por su profunda conexión con el mar, clave para mi investigación”, señala. Además, destaca que la comunidad científica es “relativamente pequeña (considerando la población del país), lo que facilita las interacciones entre investigadores”.
Su proyecto se centra en predecir cómo evolucionan las especies en entornos ecológicos complejos utilizando algas unicelulares marinas (fitoplancton). “Nuestro objetivo es entender cómo la competencia por los recursos, omnipresente en la naturaleza, determina la evolución de las especies y la productividad de las comunidades, lo cual es esencial para predecir cómo los cambios en la biodiversidad afectarán al ecosistema”.
La beca de posdoctorado Junior Leader le facilitó la transición de investigadora posdoctoral a investigadora independiente. “Me permitió conseguir un puesto de jefa de grupo y obtener datos cruciales para que mi solicitud de la Starting Grant del ERC —uno de los programas de financiación de investigación más prestigiosos en Europa— prosperara”, explica.
El caso de Diana, Vera, Nuno y Giulia no es aislado. Son muchos los investigadores que eligen establecerse en Portugal no solo para avanzar en sus carreras, sino también para formar parte de un entorno que valora la ciencia y la innovación. Sin embargo, persisten desafíos, como señala Diana: “La escasez de fondos públicos y privados para la investigación; la falta de estabilidad y visibilidad; salarios no competitivos, y los complejos procesos administrativos que dificultan la eficacia de la investigación”.
En un mundo en el que la investigación científica es clave para resolver los desafíos más apremiantes de la sociedad, el apoyo a los jóvenes investigadores se vuelve imprescindible. Con el respaldo de la Fundación ”la Caixa”, nuestros becarios están convirtiendo los desafíos en oportunidades y están demostrando que, con el apoyo adecuado, es posible superar obstáculos y liderar proyectos de impacto global. Programas como las becas de posdoctorado Junior Leader y de doctorado INPhINIT no solo permiten desarrollar el plan de carrera soñado en Portugal, sino también desarrollar habilidades de liderazgo, ganar independencia y gestionar grupos de investigación propios.