En estos albores del siglo XXI en que todo parece ocurrir en los núcleos urbanos, en los que el individualismo prima, donde el ruido y las prisas imperan, la tradición aparece distorsionada por la voracidad de la globalidad y la superficialidad es característica común del ciudadano, tener la voluntad de recuperar la memoria en un pueblo minúsculo, en comunidad, es un acto de aventura máxima. Más si cabe cuando se trata de una aldea de apenas diez habitantes y cuya ubicación el del todo periférica, junto a la Raya.
El próximo fin de semana será mágico. Y no lo será únicamente porque se celebra San Juan -que también-, sino porque en la medieval villa de Trevejo se llevará a cabo un evento que conjugará ritos, leyendas, historia o astronomía como tal vez nunca ha ocurrido en aquel simbólico enclave del noroeste de Extremadura. Un encuentro rescatador de la tradición y culturalmente dinamizador promovido por gentes y proyectos que se resisten a que la mínima villa serragatina se mantenga en letargo eterno y en peligro de extinción.
San Juan se celebró en aquel rincón extremeño desde tiempos inmemoriales. Trevejo dio nombre a una encomienda de la Orden de San Juan del Hospital entre los siglos XII y XIX y su sencilla parroquia se dedicó al Bautista. Aún hay quien recuerda las costumbres relacionadas con el día de San Juan en la Sierra, cuando se quemaba lo viejo, se purificaba con agua impregnada de hierbas o se enramaban las puertas de las casas.
Todo ello fundamenta la recuperación de la noche -y del día- de San Juan en Trevejo. Así, este próximo día 23, a partir de las 19:30h. la tradición -algo modernizada, todo sea dicho- volverá a campar por la mole trevejana, bajo el amparo de su fortaleza. Cierto ambiente esotérico impregnará el ambiente que tendrá en el acopio de hierbas aromáticas -la magarza de San Juan- y la elaboración de enramás una de las primeras actividades. El reto está en saber integrar lo de antes y lo de ahora.
La degustación de la gastronomía de la zona satisfará los estómagos e iniciará la convivencia que tendrá su punto álgido a partir de las 22.00h, cuando, alrededor de un quemador aromático a modo de hoguera, se contarán leyendas y curiosidades históricas de la Sierra de Gata: La memoria verbalizada, en círculo, como aglutinante comunitario.
El día 24 comenzará con el ritual de la mañana de San Juan, el que dice que hay que lavarse con el agua fresca saturada de la magarza. Quien quiera, que salude el nacimiento del sol o acuda a la misa del santo. A las 11:00h. se recorrerá el largo discurrir de Trevejo en el tiempo y en el espacio, con teatralización incluida. Historia fronteriza pura, petrificada. A las 13:00h., el aperitivo se abrirá con una cata de vinos serragatinos en la taberna del Buen Avío.
La tarde del mismo día 24, a las 17:00h., el evento se traslada al Hotel boutique Aqua et Oleum, donde Guías-Historiadores de Extremadura organiza su clásico “Café con Historia”, girando esta vez en torno a la temática de Sierra de Gata como paisaje literario. Porque este lugar inspira, de ello no cabe duda. Al anochecer, de vuelta en Trevejo, habrá observación astronómica. Volver a mirar al cielo es otro acto de valentía.
El fin de semana sanjuaniego tendrá su cierre en San Martín de Trevejo, villa ésta que también perteneció a la Orden del Hospital, con una visita guiada por su extraordinario entramado urbano el domingo 25, a las 11:00h. (reserva en [email protected]).
Este San Juan de 2023 puede marcar un antes y un después para una pequeña aldea como Trevejo, quizá para toda esta esquina rayana. Lo que en épocas pretéritas fue un enclave militar robusto, desafiante e inseguro por la cercanía de una frontera demasiadas veces en conflicto, hoy se yergue como una oportunidad para quienes no transigen a la inercia contemporánea que arrasa el mundo rural y para quienes, como en mi caso particular, vemos en Trevejo el guardián de la historia común de Iberia. Allí nos vemos.
Juan Rebollo Bote
