Con la pandemia y las medidas de distanciamiento social, el número de bicicletas en las calles ha aumentado, siendo uno de los sectores que no ha sentido los efectos negativos que va a tener la economía ibérica. El aumento de los ciclistas en las dos primeras semanas de mayo, que piden más carriles para bicicletas y más respeto, ha conllevado una importante mejora ambiental (la Avenida de la Libertad – Lisboa – no tenía un aire tan bueno en los últimos 100 años). Hombres, mujeres y niños empiezan a ver este medio como una alternativa a los autobuses.
La vuelta a la «normalidad» no significa que las bicicletas vuelvan a los garajes, donde han pasado los últimos años acumulando polvo. El transporte público, que debe ser tomado, obligatoriamente, con una mascarilla de protección, está siendo sustituido por alternativas más seguras; saludables, y respetuosas con el medio ambiente. Una tendencia que puede mantenerse más allá del desconfinamiento. Y esto se hace patente con el aumento (aún durante el estado de emergencia) de la compra online de este tipo de medio de transporte. Sólo en Decatlhon, durante este período, ha habido un incremento de la facturación del 30% en la compra de bicicletas. Una cantidad que, en comparación con todo el año 2019, se ha duplicado.
Siguiendo el ejemplo italiano, donde pedalear es cada vez más un principio a seguir, el Gobierno portugués piensa en la posibilidad de dar un apoyo económico para incentivar la compra de bicicletas que, además de ayudar a ejercitarse, también ha contribuido al mantenimiento de distancias seguras.
Más carriles para bicicletas y menos agujeros
Los ciclistas, tanto los de siempre como los más recientes, piden una mayor consideración; con más ciclovías, señales y menos agujeros. Varias ciudades europeas, entre las que se encuentra Barcelona, están planeando construir entre 21 y 40 kilómetros de pistas nuevas para la circulación de bicicletas, tanto de las habituales, como de las eléctricas. Un medio de transporte cada vez más utilizado, con el que se ayudaría a impulsar a empresas de alquiler de estos vehículos, que fácilmente se pueden encontrar en cualquier gran metrópoli. Las diferentes asociaciones de ciclistas han pedido que sea posible transportar las bicicletas en los trenes y en el metro sin ningún tipo de restricción.