El periodismo siempre ha tenido más de un papel y su importancia es indiscutible. Además de informar y servir como famoso «cuarto poder», este también sirve para crear «puentes» y presentar nuevas visiones e historias para educarnos, además de hacernos soñar. Mostrar tanto lo que está al final de nuestra calle como al otro lado del mundo/de la frontera. Ese es nuestro trabajo y lo que siempre he querido hacer.
Es para informar y acercar a los pueblos que existe el periodismo ibérico, en general, y EL TRAPEZIO, en particular. Sabemos que aún somos un modesto revulsivo, pero pretendemos dejar una impronta y mostrar, no sólo las noticias que están de alguna manera conectadas con lo que pasa en Lisboa y Madrid, sino ampliar nuestro espectro de visión a la «Raya» y a países donde han tenido presencia los pueblos ibéricos y que tanta importancia siguen teniendo. Lo que sucede en Río de Janeiro o en la ciudad de México sigue siendo muy importante. Es en portugués y español que nos entendemos y queremos seguir viviendo. Este es un mercado enorme que merece y debe seguir siendo explorado.
Personalmente, y desde que comencé a colaborar con este diario, siempre he tratado de cubrir de la mejor manera lo que sucede en Portugal, y la verdad es que no podría haber tenido un año más desafiante y repleto de altibajos, al estilo de una montaña rusa. Pero es de desafíos que está hecho el cambio y, tal como decía el poeta, es el sueño el que dirige la vida. Nuestra vida es estar 24 horas al día atentos, pues las noticias no duermen. Ni ellas ni los sueños. ¡Sueños no nos faltan!
Para los países que queremos reconstruir, las poblaciones y la prensa de ambos lados tienen un papel importantísimo. Basta ver lo que se ha hecho desde el inicio de la covid, con la concienciación para que los ciudadanos tomen las mejores medidas para combatir las fake news. Por desgracia, al igual que en otras latitudes, esta es una plaga que también comienza a afectar y a desestabilizar a la península ibérica.
Aún queda mucho por hacer en el mundo de la comunicación. Este es el momento de dejar de pensar en lo singular y apostar por lo plural. Es en el ejemplo de las poblaciones de la Raya en la que nos inspiramos, en los intercambios que realizan desde hace siglos y que han ayudado a construir una identidad diferenciada. Me gustaría que surgieran nuevos proyectos que permitieran una nueva era en el periodismo realizado en Portugal y España. El formato online es el lugar ideal para iniciar este «movimiento» de cambio. Sólo se necesita una buena conexión a internet para saber cómo está el vecino de al lado, ya que viajar de una manera normal todavía llevará algún tiempo.
Incluso teniendo en cuenta a los medios que tienen corresponsales en un lado y al otro de la frontera, y con alianzas en el mundo audiovisual (especialmente entre RTP y la TV de Galicia), proyectos como el de EL TRAPEZIO, que tiene su foco en el periodismo ibérico, son pura innovación. Somos los primeros, pero claramente no queremos ser los últimos ni los únicos. ¿Han pensado en lo bueno que sería poder encender la televisión y ver más programas donde pudiésemos trabajar todos codo a codo?, sin ningún tipo de barreras. Tener acceso a los medios de comunicación del otro país debería ser una normalidad y no algo sólo disponible a una parte de la población con un paquete de televisión por cable. Esta es una de las peticiones más antiguas que la comunidad ibérica y que EL TRAPEZIO ha hecho suya desde el principio.
A pesar de tener una nueva imagen, la verdad es que todavía nos conocemos poco. ¿Qué está sucediendo en Portugal?, ¿qué destaca en España? Estas son las dos preguntas a las que tratamos de responder todos los días cuando nos enfrentamos a una pantalla en blanco para escribir las noticias y cuando grabamos cada semana para nuestro canal de YouTube.
Para llegar a los contenidos que ven, hay varias horas de trabajo, de lectura. Puedo decir que nunca he leído y he tenido tanto cuidado con lo que me rodea desde que soy corresponsal. Para el futuro, ya que es hacia donde debemos mirar, me gustaría una mayor intercompresión entre los pueblos ibéricos. Esta unión «espiritual», aunque cada uno se quede en su rincón, va a acabar por reforzarnos y transformar la península ibérica en el paraíso que vemos en un grabado donde son representados los primeros pobladores de este nuestro territorio.
El periodismo ibérico realizado en EL TRAPEZIO mira al resto del mundo que habla portugués y español. Esta es una comunidad enorme que debe estar unida. Puede ser que este año (si la pandemia lo permite) nos traiga nuevas oportunidades para crecer en las diferentes áreas donde estamos insertados. Crecer, desarrollar e informar. Estas deben ser las consignas no sólo para nosotros, sino para todos los que de alguna manera están involucrados en la comunicación. El periodismo es nuestra arma para construir un nuevo camino.
Andreia Rodrigues