El paradero del rey emérito Juan Carlos I sigue siendo desconocido, pero la región de Azeitão es uno de los lugares avanzados por la prensa, tanto portuguesa como española, como nuevo refugio del antiguo monarca. Para quien no conoce muy bien Azeitão, que recibe este nombre por los extensos olivares que existían en el momento de la ocupación árabe, esta es una zona llena de granjas y de una historia que se remonta al inicio del reino de Portugal.
Con el apoyo de una de las más importantes familias portuguesas, los Brito y Cunha – Espíritu Santo, Juan Carlos estará presente en la Quinta do Perú, que fue creada en 1733 por António Cremer, y que ya ha recibido numerosos miembros de la realeza, tanto de la portuguesa como de la internacional. Este lugar pasó a manos de la familia Espíritu Santo, los antiguos DDT’S (Dueños De Todo), en 1941.
Además de la Casa Grande de la Quinta do Peru, que queda muy cerca de la Quinta do Conde y del municipio de Sesimbra, Juan Carlos, y quien visite esta zona, se encontrará con un lugar tranquilo repleto de viñedos, y de una naturaleza única y casi intocable. Muy cerca del Parque Natural de la Serra da Arrábida, que recientemente ha cumplido 40 años de existencia, y cuyo nombre deriva, al menos eso es lo que algunos creen, de la palabra castellana «rábida». Con más de diez mil hectáreas de formaciones rocosas provenientes del período Jurásico, la «Fenda de Arrábida» es muy buscada por los practicantes de escalada, parapente y de otros deportes extremos.
¿Qué ver, visitar y comer/beber?
El típicamente portugués adora comer, pero con el queso de Azeitão (que, en 2014, fue considerado uno de los 50 mejores productos gastronómicos del mundo); el vino Moscatel de Setúbal, y la miel de Arrábida, su estómago, independientemente de su nacionalidad, quedará fascinado con la primera mordida o copa de vino. Por lo demás, quien quiera saber cómo se hacen estos vinos puede visitar las Bodegas José Maria da Fonseca o la Quinta da Bacalhoa, que también alberga un importante patrimonio Azulejar de los siglos XV y XVI. Pero si prefiere el agua y las leyendas locales, nada mejor que dar un «saltito» al Chafariz de los Pasmados, lugar que recibe su nombre por la contemplación que causaba a todos aquellos que bebían de sus aguas y acababan «presos» para siempre de la localidad.
Además del campo de golf de la Quinta do Peru, el mar ofrece magníficas vistas y aguas tranquilas de un matiz diverso, que desde hace siglos encanta a pintores y fotógrafos, tanto profesionales como aficionados. Subiendo un poco la sierra, existe el histórico Convento de Arrábida, fundado en el siglo XVI por la orden franciscana, o las ruinas de una antigua fábrica romana de salazón de pescado.
Aunque no sólo hay conventos, ruinas romanas y fincas, que son patrimonio cultural e histórico de la orilla sur del Tajo. Tanto para los monárquicos, como para los que no lo son, están los castillos de Setúbal, Palmela y Sesimbra, de origen árabe, y conquistado y remodelado por los primeros reyes portugueses.
Sea noble o no, ¡este es un lugar digno de visitar!