Filipe Nyusi asumió el cargo de presidente, en su segundo mandato dirigiendo los destinos de Mozambique. Un año después del huracán Idai, que destruyó la ciudad de Beira, queda aún mucho por hacer, en diferentes zonas, especialmente en lo que respecta a la economía y la corrupción, pero si hay algo que no falta a los mozambiqueños es una sonrisa sincera y esperanza en la mirada.
En la toma de posesión, a la que asistió el presidente portugués Marcelo Rebelo de Sousa, Nyusi afirmó que tenía la intención de ser el líder de «todos los mozambiqueños» y que la consolidación de la paz, que se ve amenazada en Cabo Delgado donde se han registrado numerosos incidentes que involucran a europeos, es el principal objetivo de este segundo mandato.
Este ingeniero, que fue presidente del club de fútbol Ferroviário de Nampula, es visto como alguien apegado al formalismo del protocolo de Estado y que pretende fortalecer las relaciones existentes con los países ibéricos en cuestiones económicas y de justicia (en la visita que está haciendo el país, Marcelo Rebelo de Sousa no dejó de pedir información a su homólogo sobre la muerte de un ciudadano portugués y la desaparición de otro hace tres años).
El presidente del Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo) fue reelegido en la primera vuelta con el 73% de los votos. A pesar de estas abultadas cifras y el hecho de que su partido sea el más representado en el parlamento, Filipe Nyusi defiende la libertad de expresión porque «sólo de esta manera se pueden encontrar soluciones plausibles a los problemas que el país está atravesando».
La toma de posesión del presidente mozambiqueño tuvo lugar en la Plaza de la Independencia en Maputo, y para que las personas pudiesen asistir el gobierno decretó el día festivo. A esta ceremonia acudieron 3.000 invitados.
España tiene una fuerte presencia en Mozambique a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).