La petrolera portuguesa Galp ha obtenido un beneficio de 166 millones de euros en el primer semestre de este año, una fuerte recuperación comparado con el mismo periodo de 2020, en el que registró pérdidas de 22 millones lastrada por la covid. Según el comunicado enviado por la compañía a la Comisión lusa del Mercado de Valores Mobiliarios (CMVM), sus activos líquidos (cash flow) han aumentado un 68%, frente a los tres primeros meses del año anterior, hasta los 914 millones de euros.
El ebitda (beneficio antes de impuestos) se ha situado en 1.071 millones de euros, un 41% más, impulsado sobre todo por el negocio de Upstream, que ha tenido un ebitda de 906 millones (un 85% más que en el primer semestre de 2020), debido a la revalorización del crudo.
Mientras, la producción de petróleo ha bajado hasta 126,8 millones de barriles de petróleo equivalentes por día, un 4% menos que en los primeros seis meses de 2020. El precio del barril de Brent se ha situado en torno a 65 dólares, 24,9 dólares más que en el mismo periodo de 2020.
Los márgenes de refino de Galp -la diferencia entre el valor del crudo y los ingresos generados por su venta en forma de productos petrolíferos como la gasolina o el gasóleo- han crecido cerca de un 15%, hasta 2,1 dólares por barril. La inversión entre enero y junio ha alcanzado los 402 millones de euros, mientras que la deuda líquida ha crecido durante el segundo trimestre en 159 millones y asciende hasta final de junio a 1.711 millones de euros.
De las dos refinerías que Galp gestiona en Portugal, las únicas en todo el país, solo está operativa la de Sines (Lisboa), ya que la petrolera lusa anunció a finales del año pasado que dejaba de operar su planta de refinado en Matosinhos (Oporto) debido a los ajustes de consumo de combustible en el mercado ibérico motivados por la covid-19. La petrolera lusa tiene presencia en once países, entre ellos, Portugal, España y Brasil.