Egipto ha organizado la 27ª edición del Mundial de Balonmano, donde las selecciones han buscado conquistar el trofeo de los mejores del mundo. Los equipos ibéricos han tenido un buen desempeño.
Los «héroes del mar» (selección portuguesa), que no iban a un mundial desde hace 18 años, han viajado a Egipto con las maletas llenas de sueños y mucha ambición, tras un europeo de ensueño (ganado por España). Un campeonato donde lograron alcanzar su mejor calificación: el sexto lugar.
En la tierra de los faraones, la selección lusa ha logrado pasar con cierta facilidad la fase de grupos, perdiendo sólo con Francia. Aunque no ha conseguido medalla, que era la ambición del entrenador portugués, al final, el equipo luso ha quedado en décimo lugar. Hasta entonces, la mejor posición que los portugueses habían alcanzado en un Mundial de Balonmano, disputado en 2003 en el país, había sido el 12º lugar.
Después de haber sido coronados campeones de Europa, España fue a Egipto con un equipo muy similar al del campeonato europeo. Con el objetivo de conquistar el título, alcanzado ya en 2005 y en 2013, los «hispanos» han finalizado la competición en tercer lugar (marca que ya habían logrado en el Mundial de 2011); volviendo a Madrid con la medalla de bronce. España ha conquistado esta posición al vencer a Francia, «verdugo» de Portugal, por 35-29.
Dinamarca, que cuenta con un equipo repleto de estrellas, ha hecho olvidar el pésimo desempeño del último Europeo; y ha conquistado, una vez más, el campeonato mundial de la modalidad, que este año se ha jugado sin público, y con varios equipos con casos positivos de covid-19.
