La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura cumple 75 años

Sus comienzos se remontan a 1949 cuando arrancó como Oficina de Educación Iberoamericana.

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Este martes, 21 de mayo, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) ha lanzado oficialmente para toda Iberoamérica la imagen conmemorativa de su 75º aniversario, que tendrá lugar el próximo 26 de octubre. La efeméride vendrá acompañada de celebraciones institucionales y actos culturales en toda la región, según señala Mariano Jabonero, secretario general de la organización, para quien este aniversario es singularmente especial, ya que refuerza a la OEI “como un bien público regional de todas y todos los iberoamericanos”. No en vano, en la actualidad forman parte de la OEI 23 Estados miembro.

Fundada en 1949 como Oficina de Educación Iberoamericana con la intención de crear un instrumento de cooperación multilateral en la región, la OEI se ha consolidado como la organización decana de la cooperación entre países iberoamericanos de habla española y portuguesa, con un volumen de 650 proyectos cada año en promedio y más de 12 millones de beneficiarios anuales de media en los últimos cinco años. Asimismo, es el organismo iberoamericano con mayor presencia territorial al contar con 19 oficinas nacionales en toda la región y una sede en Madrid (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana y Uruguay). La última de ellas, la oficina de Cuba, fue inaugurada en 2022.

Entre los hitos más recientes, cabe destacar que desde el año 2016 y en su calidad de representante regional de América Latina y el Caribe, la OEI forma parte del Comité de Dirección Global del ODS4-Educación 2030 de la Unesco y, en 2023, fue reconocida como organismo observador de las Naciones Unidas.

Así, la OEI ha venido trabajando últimamente por impulsar la digitalización de la educación en Iberoamérica de la mano de los Gobiernos y otras organizaciones, así como de la banca multilateral (Banco Mundial, BID, CAF, entre otros) por medio de iniciativas como el Programa Iberoamericano de Transformación Digital, lanzado en 2021, que tiene por objetivo contribuir a superar las brechas sociales que todavía hoy aquejan a la región. En ese sentido, la organización ha impulsado también acciones que contribuyan a remontar la productividad de Iberoamérica, generando diálogos entre el sector empresarial y el académico a través de su Instituto Iberoamericano de Educación para la Productividad, creado en 2019.

Una cooperación que sucede

Solo en materia educativa, la OEI ha entregado más de 400 mil recursos educativos, a la vez que ha formado a cerca de 40 mil docentes y atendido a más de 450 mil estudiantes cada año en promedio desde 2019. Asimismo, con las nefastas consecuencias que trajo consigo la pandemia, la organización ha apostado por diseñar estrategias que apunten a proteger la educación de grupos vulnerables como la primera infancia, a mejorar la calidad educativa y a fomentar la gobernanza, el desarrollo docente y una educación más innovadora e inclusiva en las aulas iberoamericanas. Asimismo, en materia de formación, la OEI ha impactado a 200 mil estudiantes a través de más de 100 programas formativos que oferta su Instituto de Formación, lanzado en 2022.

En materia de ciencia, la OEI ha desplegado toda una estrategia para impulsar un espacio compartido de investigación para las universidades de la región con su programa ‘Universidad Iberoamérica 2030’ y ha apostado por publicaciones anuales tan relevantes como El estado de la ciencia. También ha promovido la divulgación científica como motor para incentivar las vocaciones en esta materia, principalmente de niñas y jóvenes, con iniciativas como La Noche Iberoamericana de l@s Investigador@s, ‘Más Mujer en Ciencia’ en Uruguay o ‘Somos Mujeres y Hacemos Ciencia’ en Ecuador.

En lo que respecta a la cultura, la organización llega a sus primeros tres cuartos de siglo con un recorrido consolidado en el fomento de una cultura iberoamericana cohesionada en su diversidad, como atestigua la Carta Cultural Iberoamericana, y con la vista puesta en los retos que representa la digitalización para las industrias culturales y creativas, con especial interés en proteger los derechos de propiedad intelectual de las y los creadores iberoamericanos mediante una Cátedra creada a tal fin.

La promoción del español y el portugués como lenguas de ciencia y de cultura, así como la apuesta por fomentar su intercomprensión también han sido algunas de las líneas de trabajo de la organización, que se han materializado en iniciativas como la Conferencia Internacional de las Lenguas Portuguesa y Española (CILPE), que ha celebrado ediciones en Lisboa (2019), Brasilia (2022) y Asunción (2023), o Escuelas de Frontera, una red de escuelas en los territorios de frontera entre España y Portugal que promueve una educación intercultural bilingüe.

Conscientes de lo convulso de la coyuntura global actual y del papel de Iberoamérica como región clave en aspectos como el cambio climático, la seguridad alimentaria o la migración, la Organización de Estados Iberoamericanos por medio de su Programa Iberoamericano de Educación en Derechos Humanos, Democracia e Igualdad, puesto en marcha en 2022, continuará aunando esfuerzos para promover el desarrollo de una región más equitativa y que cuente con una ciudadanía empoderada, responsable y democrática.

“La educación, la ciencia y la cultura son el mayor activo que tiene Iberoamérica para afianzar su desarrollo e integración, objetivo por el que seguiremos apostando de manera incansable desde la OEI”, ha sentenciado el secretario general.

Un poco de historia

La OEI nació un 26 de octubre de 1949 en el marco del I Congreso Interiberoamericano de Educación, celebrado en Madrid. En 1954, durante la celebración de un segundo congreso en Quito, Ecuador, se constituyó como organismo intergubernamental. En el periodo de 1950 a 1965 la organización experimentó su etapa de mayor expansión con la adhesión de una docena de países. Los últimos países en adherirse fueron México en 1993 y Portugal en 2002.

No fue hasta 1985 en la Ciudad de Panamá, en la 61ª Reunión del Consejo Directivo, cuando se aprobaron los actuales estatutos que cambiaron la denominación de oficina a organización y se aprobó la adopción del español y el portugués como sus lenguas oficiales.

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