El Gobierno de Portugal ha admitido este martes que estudiará el impuesto extraordinario sobre la banca y las eléctricas anunciado por España pero ha matizado que una medida así tendría que ser «proporcional» y generar un ingreso significativo para las arcas del Estado para avanzar con su implementación. «Vamos a estar atentos a todo ese tipo de medidas», ha reconocido el ministro de Finanzas luso, Fernando Medina, en declaraciones a medios portugueses tras la reunión del Ecofin en Bruselas, donde ha defendido que «si hay sectores que presentan beneficios extraordinarios por esta situación (inflación), no se pueden beneficiar de ella sin que se compartan los costes sociales».
Portugal quiere conocer los detalles de la medida de España, que espera recaudar con ella 3.500 millones de euros anuales durante dos años, pero ha insistido en que tiene que hacerse «de forma proporcional, adecuada y efectiva». «Se tiene que traducir en un ingreso con significado que pueda ser transferido para los ciudadanos», ha declarado Medina.
El titular luso de Finanzas ha señalado que hasta ahora conocían el gravamen que hace Italia a los beneficios extraordinarios, pero si ese régimen se reprodujese en Portugal los ingresos serían «muy reducidos», ha asegurado. Por ello, ha insistido en esperar a conocer la propuesta española, porque la tributación sobre sectores que puedan tener «beneficios inesperados» por el aumento de los precios «es algo que consta en las orientaciones de la Comisión Europea y otros organismos internacionales».
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció este martes un impuesto sobre el beneficio extraordinario de las grandes empresas eléctricas, gasistas y petroleras para recaudar unos 2.000 millones y otro tributo extraordinario sobre los bancos que aportará 1.500 millones. La escalada de precios ha llevado la inflación en Portugal hasta el 8,7 % en junio, una cifra que no se veía desde hace tres décadas.