Casa Amèrica Catalunya y el Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB) han organizado un conversatorio enfocado en el impacto del segundo mandato de Donald Trump en América Latina y el Caribe, con foco en derechos humanos, migraciones, relaciones internacionales, comercio y el orden multilateral.
Han sido parte del evento el periodista Carlos Dada, director del medio digital El Faro de El Salvador, la argentina Andrea Bianculli, doctora en Ciencias Políticas y Sociales, y el mexicano Karlos Castilla, abogado y doctor en Derecho.
Los tres han coincidido en señalar una marcada agenda autoritaria, un continuismo con respecto al primer mandato, marcado por el aislacionismo, y una creciente criminalización de la sociedad civil y los organismos de derechos humanos.
“Probablemente lo más grave ha sido la detención por parte de fuerzas del FBI a una jueza de Wisconsin, acusándola de obstruir las políticas migratorias”, ha afirmado Dada, refiriéndose a la jueza Hannah Dugan, suspendida por el Tribunal Supremo de Wisconsin. “Ojalá los demócratas de Estados Unidos, que son muchos, despierten pronto y encuentren la manera de defender los límites que debe tener toda democracia”, ha agregado.
Por su parte, Bianculli se ha referido a la política exterior, recordando que Trump definió su visión sobre América Latina con una frase: “Nos necesitan más de lo que nosotros los necesitamos”. También ha remarcado la falta de una estrategia regional clara para responder al nuevo escenario geopolítico: “Como latinoamericanista, uno se puede preguntar hasta qué punto la región va a seguir siendo para Estados Unidos un espacio para proyectar poder, o si puede empezar a posicionarse como un interlocutor con voz propia”.
Karlos Castilla ha analizado el ataque frontal al sistema multilateral de derechos humanos, señalando la retirada del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, los recortes de presupuesto y la revisión de tratados clave. También destacó que la OEA ha sido ignorada estratégicamente por Estados Unidos en contraste con su protagonismo en décadas anteriores.
México ante Trump: posición débil y dependencia estructural
Al ser consultado sobre la posición de México frente a la nueva Administración, Castilla ha señalado que el país se encuentra en una situación “extremadamente delicada”, especialmente en materia migratoria.
“México exporta el 83% de sus productos a Estados Unidos. No hay nadie en el mundo que tenga como principal destino comercial a los Estados Unidos. Eso, en lo económico, evidentemente, condiciona muchas cosas”, ha indicado.
Según el abogado mexicano, esta dependencia limita severamente la autonomía diplomática del país y obliga a una estrategia de contención frente a Washington.
La relación y afinidades entre Trump y Bukele
Carlos Dada ha abordado la creciente cercanía entre Trump y el presidente salvadoreño Nayib Bukele, señalando que ambos comparten una lógica de concentración de poder y desprecio por los contrapesos institucionales.
Dada se ha referido al anuncio de El Salvador de acoger criminales de Estados Unidos, tras un acuerdo entre Bukele y Marco Rubio, actual secretario de Estado. Según la embajadora salvadoreña en Estados Unidos, Milena Mayorga, en este acuerdo Bukele exigió también el envío de los líderes de las pandillas. Dada ha recordado que Nayib Bukele llegó a la Presidencia con un pacto por las pandillas, que incluyó diversos beneficios, entre ellos la liberación de esos cabecillas.
“Estos líderes están actualmente presos en Nueva York, a la espera de un juicio donde darán a conocer todas las dimensiones y la profundidad del acuerdo que han sostenido con el señor Bukele. Esto es lo que a Bukele le urge a toda costa evitar”, ha enfatizado. Según Dada, no hay un estado de derecho que permita cómo comportarse, convivir o defender los derechos en El Salvador y cada vez menos en Estados Unidos.
La situación de América del Sur
Para Bianculli, la relación de Trump con América del Sur es distinta a la que mantiene con México y Centroamérica: “Muchas de las preocupaciones que para Washington son centrales, como la migración y el tráfico de fentanilo, tienen una incidencia mucho menor en el Sur. Incluso, los principales mercados del tráfico de drogas están en Europa”, ha indicado.
Otra diferencia clave, según la experta, es la transformación del vínculo comercial: “Desde la desatención de Estados Unidos, ahora China es el principal socio de la región. Son más de 20 años ya de China en América del Sur. Creo que Estados Unidos llega tarde a una región que ya comenzó a diversificar sus alianzas”, ha concluido.