El presupuesto de 2022 ha sido «aprobado» por el electorado portugués

António Costa encargó la campaña electoral a Duarte Cordeiro, su jefe negociador del presupuesto en el Parlamento

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El primer ministro, António Costa, quiso agradecer en la noche electoral, delante de la militancia, el trabajo realizado por Duarte Cordeiro como director de una campaña que, contra el pronóstico de los principales periódicos portugueses y las empresas demoscópicas, ha conseguido alcanzar la mayoría absoluta. Improvisando, Costa quiso que Duarte dijera unas palabras para compartir el protagonismo de la victoria, pero -a cierta distancia- con el gesto del pulgar hacia arriba -y sin moverse- el director de campaña recusó elegantemente ese minuto de gloria.

¿Quién es Duarte Cordeiro? ¿Se trataría de un Iván Redondo luso, que se divierte en la política como si estuviera en un videojuego dentro de una War Room? Rotundamente no. Duarte es un militante del Partido Socialista, secretario de Estado de Asuntos Parlamentarios y hombre de confianza de Costa. De lo que entiende Duarte es de presupuesto y de negociación. Fue precisamente el protagonista de los límites de la negociación con el PCP y el Bloco de Esquerda.

Nadie mejor que él para afilar argumentarios y lanzar una OPA hostil a la izquierda del PS en defensa del presupuesto, poniendo la culpa -en el Bloco de Esquerda y el PCP- de la falta de ejecución de medidas ventajosas para la población. El secreto de la campaña era convertir las elecciones legislativas en un plebiscito sobre el presupuesto de 2022. Un orçamento respaldado por la financiación de los fondos de recuperación de la Unión Europea, ya listos para ejecutar. Costa llegó a enseñar el presupuesto malogrado en un debate televisivo. Era su verdadero programa electoral.

La “mayoría absoluta” ha sido una sorpresa para la opinión publicada, pero no lo ha sido para el equipo de campaña que llegaron a solicitarla a la población, aunque después retrocedieran un poco para no parecer demasiado arrogantes. Sabían que el presupuesto era el mejor instrumento movilizador para capitalizar tanto el voto de la estabilidad como el voto útil de la izquierda.

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