Portugal ha inscrito las danzas de Los Pauliteiros de Miranda do Douro en el Inventario Nacional del Patrimonio Cultural Inmaterial (INPCI), tras su publicación en el Diario de la República (el Boletín Oficial del Estado en el país hermano). La declaración destaca entre sus valores “la identidad de la comunidad circundante, su profundidad histórica y su evidente relación con otras prácticas inherentes en la comunidad”.
La presidenta de la Cámara Municipal de Miranda, Helena Barril, ha subrayado el esfuerzo realizado en la trayectoria de esta declaración: “Fue un trabajo iniciado por el anterior mandato, pero cuando asumimos las funciones municipales vimos que la candidatura precisaba más profundidad y valorización”.
Desde el Instituto Público del Patrimonio Cultural de Portugal se señala que estas danzas (lhaços, en legua mirandesa) engloban la coreografía, el texto y la melodía que interpretan los bailarines. Según dicho Instituto, los Pauliteiros mantienen su presencia en varias fiestas del calendario: San Blas y Santa Bárbara en Cércio; Fiesta de los Jóvenes o San Juan Evangelista en Constantim; Nuestra Señora del Rosario en Palaçoulo, Póvoa y Sao Martinho de Angueira; Santa Bárbara en Prado Gatao; San Isidro Labrador en Quinta do Cordeiro; y Fiesta del Niño Jesús y Nuestra Señora del Rosario en Póvoa.
Según la web oficial, los Pauliteiros de Miranda son un grupo de danza con antecedentes en la llamada ‘Danza de Espadas’. Sin certeza sobre su categoría, en la danza de los Pauliteiros podemos identificar elementos guerreros, religiosos y de danza ritual. Hoy día los Pauliteiros son una de las principales atracciones del nordeste de Trás-os-Montes, región que ha sido fundamental para dar a conocer este particular baile de la cultura y la tradición de las Terras de Miranda.
Por su parte Wikipedia dice que se trata de una dança dos paus acompañada por gaita-de-foles y bombo. Tradicionalmente era sólo para hombres, aunque hoy día ya es practicada también por mujeres. Las y los danzantes visten falda bordada y camisa de lino, chaleco de pardo, botas de cuero, calcetines de lana, sombrero adornado con flores y, finalmente, dos palos con los que estos bailarines hacen una serie de diferentes pasos y movimientos coordinados.