Una propuesta de tren universitario: Salamanca-Coímbra

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En medio de la pugna, entre gallegos y extremeños, portuenses y alentejanos, por ser los primeros en tener una conexión ferroviaria de alta velocidad, nos hemos olvidado de Salamanca y la región centro de Portugal. Recientemente hemos presentado el libro Lusitania en el horizonte en la lusitana ciudad de Salamanca, que también cuenta con una herencia lusa evidenciada por el callejero, los apellidos y el flujo histórico de estudiantes y profesores. Como dijo Juan Rebollo Bote: si España se apropió del término Hispania, Portugal lo hizo de Lusitania (en la que está incluida Extremadura, Salamanca y parte de Zamora). En dicho evento propuse un servicio de tren entre las ciudades universitarias de Salamanca y Coímbra, que perfectamente puede ser rentable económica, académica y culturalmente.

Este tren universitario podría encuadrarse en el catálogo de Renfe de servicios de trenes temáticos, excelentes para el turismo familiar y de conocimiento del patrimonio histórico. Lo lógico es que fuera una iniciativa conjunta de Renfe y Comboios de Portugal; pero -abriéndose el mercado ibérico a la competencia- es posible que Comboios o Renfe lo llevasen adelante por su cuenta. No sólo sería una inversión barata y de alto beneficio para las empresas públicas ferroviarias, sino también para ambas Universidades y Ayuntamientos (en su recorrido). La Región Centro y Castilla y León también deberían estar interesadas, así como ambos Estados.

Las vías existen desde hace mucho tiempo. De hecho, ya existió la conexión (de madrugada) en el tren mixto Lusitania Express (Madrid-Lisboa) y SurExpreso (Lisboa-Hendaya), que dejó de existir por el coronavirus y la negativa de Renfe a reponerlo (a pesar de la petición de Comboios de Portugal). La electrificación va muy avanzada, aunque todavía faltan algunas instalaciones adyacentes y resolver algunos problemas de las áreas municipales de Salamanca (pasos elevados, Puerto Seco y apeadero de La Alamedilla) y de Fuentes de Oñoro (puentes bajos urbanos).

Propongo para 2025 establecer un servicio de tren universitario híbrido diésel/eléctrico -ya disponibles en España y Portugal- y, para 2026, uno exclusivamente eléctrico, entre la Universidad de Salamanca y la Universidad de Coímbra (dos veces por semana, por ejemplo viernes y lunes, ida y vuelta, cuya duración estaría próxima a las 4 horas). El modelo de servicio de tren podría ser múltiple: turístico con dramatización, académico con aulas/clases y fraternal con esparcimiento. Me lo imagino, igualmente, con un restaurante con lo mejor de la gastronomía de ambos países y con las tunas u otros artistas recorriendo el tren.

En 2026 será el V Centenario de la Escuela de Salamanca, ampliable a Coímbra (Escuela Ibérica de la Paz). Se cumplen 500 años de la incorporación de Francisco de Vitoria a la Universidad. Según el programa del nuevo rector de la Universidad de Salamanca, Juan M. Corchado: «Esta efeméride volverá a poner a Salamanca entre las más grandes de las instituciones académicas y científicas del mundo. En este sentido, el programa de la candidatura que encabezo incluye el impulso a importantes infraestructuras en la ciudad que estarán vinculadas al estudio, la ciencia, la divulgación científica y la convivencia. (…) El carácter internacional de esta Escuela de Doctorado permitirá impulsar además de proyectos internacionales, favoreciendo la internacionalización en todos los sentidos, acercando a más investigadoras e investigadores de todo el mundo, potenciando la celebración en otros países y la movilidad de toda la universidad».

A lo largo del viaje Salamanca-Coímbra se podría enseñar nociones: de dicha escuela, de ambas lenguas y de una historia con perspectiva ibérica o por lo menos de doble perspectiva luso-española. Numerosos miembros de la Segunda Escolástica tuvieron que ver simultáneamente con Salamanca y Coímbra, a saber: Martín de Azpilcueta, Serafín de Freitas, Martín de Ledesma, Pedro Nunes, Francisco Suárez, Pedro da Fonseca, Luis de Molina o João de São Tomás. Si agregamos las Universidades de Alcalá de Henares y de Évora o los debates y bibliografías compartidas, la lista suma muchas más interrelaciones en el marco de la Escuela ibérica de Salamanca.

Se trata de promover una fraternidad, como la del movimiento estudiantil luso-español en tempos del Ultimátum británico de 1890, para seguir en el camino de superar prejuicios y desdenes históricos. Coímbra puede convertirse en un referente para la hispanofonía y Salamanca de la lusofonía (que ya en buena medida lo es por su estrecha relación con Brasil). Supondría, sin duda, una estrategia de aumentar el número de matrículas y de colaboración interuniversitaria para formular cursos conjuntos de (y en) ambas lenguas en ambas ciudades con viajes y prácticas de inmersión lingüística, así como packs integrados de turismo con agencias de viaje tanto portuguesas como españolas. La demanda de billetes de tren también podría provenir de emigrantes portugueses, oriundos de la región centro, que muchos de ellos viven en Madrid o el País Vasco (haciendo transbordo en Salamanca). Incluso, se me ocurre, ofertar un curso o máster conjunto de geopolítica panibérica, algo que en el ámbito privado FUNIBER está desarrollando y que puede interesar a cualquier profesional que trabaja en el ámbito internacional, especialmente diplomáticos, políticos, abogados, gestores culturales, altos funcionarios y ejecutivos.

Uno de los símbolos de la ciudad, Miguel de Unamuno, está ligado al iberismo aliancista y cultural desde un amor profundo a Portugal. El eterno rector visitó el país luso en más de 25 ocasiones y era miembro del consejo de administración de la Compañía de Ferrocarril Salamanca-Oporto, asistiendo a las tediosas reuniones anuales entre 1902 y 1920, a cambio de que cualquier viaje en tren le saliera gratis. En Guarda todavía se recuerda a don Miguel. Junto a Ciudad Rodrigo y Fuentes de Oñoro/Vilar Formoso, Guarda es parada ferroviaria obligatoria de camino a Coímbra. Allí está la sede del Centro de Estudos Ibéricos, fundado en 2001 por el escritor iberista portugués Eduardo Lourenço, natural de São Pedro de Rio Seco. El Centro de Estudios Ibéricos pudiera tener un protagonismo en el tren universitario, dado que es una asociación transfronteriza formada por el Ayuntamiento de Guarda, el Instituto Politécnico de Guarda, la Universidad de Coímbra y la Universidad de Salamanca. Su objetivo es fomentar la cooperación territorial en la Raya Central Ibérica, desde el diálogo, el encuentro de culturas y el intercambio de conocimientos. Guarda es un importante nodo ferroviario, porque desde allí hay conexiones frecuentes con Covilhã (Universidade da Beira Interior), Fundão y Castelo Branco en la Línea de la Beira Baja (en paralelo a cierta distancia de La Raya) y con Oporto (y Coímbra) por la Línea de la Beira Alta (cuya electrificación está próxima a concluir). Por ambos lados, además, se puede llegar a Lisboa.

Conseguir que Coímbra mire también al este peninsular y que Salamanca mire al oeste peninsular sería una buena forma de acercarnos y proyectarnos mejor en el mundo.

Pablo González Velasco

 

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