Entendiendo el iberismo desde la perspectiva en la que el presidente Pedro Sánchez utilizó durante la Cumbre Ibérica de Valladolid de 2018, cuando hizo referencia a que: “Europa precisa de más iberismo y la península ibérica necesita de más Europa también”, creo que la educación ha de estar en el centro de las políticas de cooperación entre España y Portugal.
En muchas ocasiones, amigos portugueses me han indicado la transmisión, en la enseñanza del Portugal de Salazar, de una idea de España como una amenaza constante hacia la independencia de Portugal.
Desde España, casi siempre se ha ninguneado e ignorado a Portugal en la enseñanza, hasta el punto de hablar frecuentemente de la península ibérica como sinónimo de España.
A día de hoy, diferentes cargos institucionales de ambos países, cuando he tenido la ocasión de entrevistarme con ellos, sacan el fantasma de la resistencia interna en Portugal a políticas de cooperación avanzada con España.
Es evidente que, para mejorar la base de las relaciones hispano-portuguesas, hay que trabajar desde la educación.
Conscientes de ello, los gobiernos han establecido en la «Estrategia Común de Desarrollo Transfronterizo» una serie de acciones, que a continuación exponemos:
-Establecimiento de una red de escuelas bilingües e interculturales fronterizas, promoviendo proyectos curriculares articulados.
-Creación de secciones bilingües español-portugués en las escuelas.
-Puesta en marcha de un programa conjunto de formación docente de certificación de las lenguas.
-Promoción del acceso a la enseñanza superior y profesional para los jóvenes de ambos lados de la frontera.
-Implantación de ciclos conjuntos de educación superior reconocidos a ambos lados de la frontera.
-Reconocimiento de títulos académicos en el ámbito de la formación especializada, como educación musical, turismo, estudios sociales y salud, etc.
-Intercambio de experiencias de jóvenes con algún tipo de deficiencia o diversidad funcional, o procedentes de familias vulnerables o en riesgo de exclusión/pobreza.
-Aplicación de programas de formación profesional conjuntos y formación profesional dual.
-Diseñar y desarrollar, con el tejido empresarial transfronterizo, períodos de aprendizaje en programas de formación técnico-profesional.
-Promoción de la enseñanza del portugués en el sistema educativo español y del español en el sistema educativo portugués.
-Alentar la interacción entre los centros de enseñanza de las regiones fronterizas y entre las redes de bibliotecas escolares, para fomentar la lectura en ambas lenguas.
-Promoción del diálogo curricular, incentivando los proyectos conjuntos entre centros de enseñanza de las regiones fronterizas.
Todas ellas, acciones muy interesantes, que suponen un importante salto adelante. Hay que recordar, no obstante, algunos aspectos a nuestros gobernantes, que resumo en cuatro puntos:
1.- Cumplimiento real de la totalidad de las acciones previstas, en un plazo de tiempo razonable. Las relaciones España Portugal han estado llenas de acuerdos con buenos propósitos que nunca han materializado. Los más sonados, las infraestructuras ferroviarias.
2.-Profundización en la coordinación de los currículos. España y Portugal comparten una geografía muy particular y una historia entrelazada. Es conveniente que en las escuelas se estudie geografía peninsular. El Tajo es el río más largo de la península, y de España y Portugal, por poner un ejemplo. Los ríos no tienen fronteras.
En las cuestiones de historia, se hace necesario un marco general consensuado, para tratar los múltiples acontecimientos históricos comunes. Cuestiones como la conmemoración del 500 aniversario de la primera circunnavegación de la Tierra, ha puesto de manifiesto las visiones dispares de la historia que se tienen a uno y otro lado de la «Raya». Es ilusorio pretender una visión histórica exactamente igual, pero es necesaria cierta convergencia.
3.-Extensión de muchos de los acuerdos transfronterizos a un ámbito territorial más amplio. Ciertamente, hay una asimetría muy grande. El ámbito territorial transfronterizo supone casi el 75% del territorio portugués, pero sólo el 25% del español.
En todo lo relacionado con la lengua, los acuerdos pueden ampliarse a la totalidad de los países. Es sabido que tenemos el privilegio de tener idiomas con un alto grado de intercomprensión, que además son idiomas universales de los más hablados del mundo; por tanto, el interés y la utilidad de las lenguas alcanza a todos. Igualmente, el reconocimiento de título propuesto en el acuerdo ha de extenderse sin obstáculos.
4.-Coordinación de las acciones previstas con el programa de movilidad europeo «Erasmus». El programa educativo por excelencia de la UE ha aportado ya importantes beneficios al entendimiento ibérico; es un olvido poco comprensible. Sería positivo incardinar el Erasmus con la estrategia transfronteriza.
Pablo Castro Abad