Conciencia y orgullo ibéricos

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En 1985, el presidente estadounidense, Ronald Reagan, declaró durante una cumbre en Ginebra con el líder soviético, Mijail Gorbachov, que sus dos países se unirían inmediatamente si fuera preciso rechazar un ataque a la Tierra organizado desde otro planeta.

En 2020, el diario The New York Times publicaba una clasificación racial, según la cual «los nacidos en la península ibérica, – españoles y portugueses – no son de raza blanca».

En 2008, el Financial Times hacia popular el término PIGS (Portugal; Italia; Grecia, y España), como países de baja fiabilidad económica. La leyenda negra contra el Imperio español es el ejemplo histórico más obvio del constante agravio anglosajón, que es extensible a la colonización portuguesa en diferentes áreas. Pero en el siglo XXI, estas cosas ya no deberían importar, aunque quizá sí importen.

Ciertamente, hay pocas cosas que propicien mejor una alianza que la percepción de un antagonista común (los extraterrestres de Ronald Reagan). De alguna manera, estos ataques ideológicos nos ayudan a entender la evidencia de que estamos en el mismo barco. En todo caso, es bueno unir cada vez más nuestras fuerzas para nuestro desarrollo. Unirnos en proyectos específicamente ibéricos dentro del marco europeo, propiciando una conciencia ibérica. Sin exageraciones; sin manipulaciones, pero con una conciencia y con un orgullo vigoroso hacia nuestra cultura latina y peninsular.

Para generar una conciencia ibérica será necesario, en primer lugar, la voluntad ciudadana; que entendemos que, de forma mayoritaria, es proclive (con diferentes matices) a avanzar en ese sentido. A partir de ahí, deben entrar en juego y en acción otros actores, privados y públicos; trabajando en diferentes áreas. Si hablamos de conciencia ciudadana, los aspectos cruciales van a ser la comunicación social y la educación.

 Esta publicación (EL TRAPEZIO) está en la batalla de la comunicación peninsular, pretendiendo fomentar la configuración de una opinión pública ibérica; disponiendo de escasos recursos, pero con suficiente fuerza y capacidad.

En el año transcurrido desde nuestro lanzamiento, podemos decir con orgullo que hemos aportado un enfoque nuevo: el iberista. Un iberismo de amplio espectro, integrador y colaborativo; ceñido al ámbito institucional y al marco de la Unión Europea; que viene a reivindicar la singularidad e importancia, que a nuestro juicio han de tener, las relaciones entre Portugal y España.

Tradicionalmente, los medios de comunicación de la «Raya» han sido los portavoces de la información ibérica transfronteriza. También es importante la labor de Radio Nacional de España, con sus emisiones en lengua portuguesa, y su programa «Lusitania Express». Las televisiones autonómicas de Galicia, Castilla-León y Extremadura hacen una buena labor. Particularmente, destacan las series televisivas coproducidas por la RTP y la TVG, y el programa de aprendizaje del portugués de la televisión de Extremadura.

El otro aspecto crucial es la educación. Es en la escuela donde se comienza a forjar una identidad ciudadana; donde se conoce la historia, y se adquieren valores. Los Estados-nación han utilizado la escuela para promover sus convicciones.

En este punto, es necesario recordar que tanto en España como en Portugal tenemos aún varias generaciones crecidas en las escuelas de las dictaduras. Durante esos períodos, se transmitieron muchos prejuicios nacionalistas, que aún pesan en las mentalidades. Prejuicios que han funcionado como un verdadero muro de separación entre los países.

Desde la llegada de la democracia y la entrada conjunta en la UE, poco a poco, se van venciendo. Al acercamiento de las mentalidades desde la educación ha contribuido mucho el programa de estancias estudiantiles Erasmus, que ha alcanzado a mucha población, y goza de reconocimiento general.

Sin embargo, en la actualidad no existe en los programas educativos ningún contenido curricular, que explique y dé valor, a la realidad ibérica. En el mejor de los casos, se puede subsumir en la idea europeísta, que tampoco recibe una atención notable.

En este sentido, la Estrategia Común de Desarrollo Transfronterizo, ratificada recientemente, y publicitada en la Cumbre Ibérica de Guarda, supone un importante paso adelante. En la Estrategia, se prevén varias acciones en este sentido; entre las que destacan la promoción del dialogo curricular; incentivos para proyectos educativos conjuntos; promoción de la enseñanza del portugués en España y del español en Portugal; desarrollo del intercambio entre las bibliotecas escolares; fomento de la lectura en las dos lenguas y, como medida más destacada, el establecimiento de una red de escuelas bilingües de frontera, de las que ya existe algún ejemplo.

La estrategia también incide en el desarrollo de programas conjuntos de formación profesional de grado medio y de estudios superiores (formación profesional superior y universitarios); incluyendo programas de prácticas en ambos países.

El plan puede llegar a ser eficaz. Precisará de personas capaces de desarrollar esas acciones, y de entender el enfoque ibérico en la educación. Para ello, deben diseñarse programas con contenidos de concepto y actitud desde un enfoque ibérico. Será necesaria la coordinación con las entidades locales, especialmente, con las eurociudades ibéricas, que vienen siendo las instituciones que mejor entienden el vínculo entre España y Portugal.

Hay mucho trabajo; pero, por encima de todo, es necesario trabajar la idea de la singularidad de las relaciones entre España y Portugal; mostrar a los jóvenes nuestra historia compartida en positivo; la potencialidad de nuestros idiomas; las tradiciones ancestrales comunes; la particular geografía; nuestra fauna y flora ibéricas; el folclore; la gastronomía… en conclusión, generar una conciencia y un orgullo ibéricos.

Pablo Castro Abad

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