Los habitantes de las Eurociudades cuentan las horas para la apertura de la frontera que, desde su cierre el pasado 16 de marzo, ha separado a familias, amigos y vecinos provocando un devastador impacto en la economía local transfronteriza.
Las Eurociudades son poblaciones vecinas separadas por la “raia” que comparten vida y economía diariamente. Unión que es fruto del dinamismo y permeabilidad que caracterizan a la frontera Hispano-Portuguesa, la más larga, estable y antigua de la EU.
Los vecinos de las Eurociudades Ibéricas han vivido de manera más agresiva si cabe el impacto económico, social y productivo de la pandemia COVID-19. La provincia de Ourense comparte con Portugal la frontera más larga de España, y solo ha tenido durante estos 3,5 meses 1 paso de frontera abierto, lo que supuso un enorme perjuicio para los cientos de trabajadores transfronterizos que día a día la cruzan para ir o venir a trabajar, obligándoles en muchos casos a realizar 100km extra de los que normalmente realizarían en caso de no haber cierre de fronteras.
El cierre de fronteras ha minado las relaciones comerciales, económicas, sociales, familiares y el uso de servicios e instalaciones compartidas que dibujan el día a día de una Eurociudad. El ejemplo paradigmático es la Eurociudad Chaves-Verin que desde el 2014 cuenta con una “tarjeta del eurociudadano” que otorga descuentos y ventajas en el acceso a los servicios e instalaciones de uno y otro lado de la frontera sin importar su nacionalidad. A fecha del cierre de fronteras más de 18 mil ciudadanos de Chaves-Verin eran usuarios de esta tarjeta que en su momento fue toda una novedad en la gestión de servicios transfronterizos y premiada por la Comisión Europea en 2015 como el mejor proyecto de integración de Europa.
Desde el punto de vista económico, el cierre de frontera generó un factor de impacto añadido a la grave situación derivada del confinamiento decretado en ambos países que, aunque exista la opción de ir avanzando en la recuperación de la actividad económica, en las Eurociudades de la frontera Hispano-Lusa, las dinámicas existentes requieren del flujo de la ciudadanía entre las unidades poblacionales que componen la Eurociudad, al margen del lado de La Raya que estas ocupen. Sectores de actividad claves en espacios fronterizos como la hotelería, la hostelería, el comercio, la cultura o el ocio o los servicios de salud… precisan del tránsito transfronterizo para alcanzar su viabilidad y aprovechar las economías de escala que permiten la supervivencia económica de las ciudades de frontera, al margen de las condiciones que hayan de asumir los negocios para adaptarse a la nueva realidad.
La apertura de fronteras supondrá la reactivación de la economía de las eurocidades basada en la optimización de las económicas de escala a través del uso de servicios compartidos. El comercio, la restauración, gasolineras, supermercados, clinicas de salud, peluquerías…son algunos de los negocios que se han visto más afectados por la perdida de clientes ya que en las áreas de frontera son unidades de negocio que se dimensionan no solo para la población local sino para su área de demanda de proximidad que es transfronteriza.
Se reactivará también “la cesta de la compra transfronteriza” tan típica de las eurociudades, vecinos de un lado y del otro de la frontera que conocedores de qué productos son más baratos en cada país, hacen la compra a ambos lados de la frontera obteniendo um importante ahorro (por la diferencia del IVA) y una mayor diversidad en su cesta de la compra. Gasolina, productos de higiene personal o lácteos más baratos en España y textil, pastas, arroz, aves, carnes y pescado más baratos en Portugal.
Un capitulo aparte merece el turismo, la actividad turística se ha parado por completo durante el cierre de fronteras, y los empresarios de ambos lados llevan desde mediados de junio haciendo todos los preparativos para reactivar este sector principal para las Eurociudades. Además, junto con la construcción, es la fuente principal de empleo transfronterizo.
Las Eurociudades son destinos turísticos que permiten atraer a un mayor número de visitantes gracias a su complementariedad en la oferta de servicios y sus contrastes. Por ejemplo: en la Eurociudad Chaves-Verin, llevamos gestionando el turismo de forma compartida desde el 2012 a través de la marca “Visit Chaves-Verin, la eurociudad del agua”, llevando a cabo campañas promocionales como “2 países, 1 destino”, “Disfruta 25h al día en la frontera”, “Ruta termal y del agua Transfronteriza”, “Caminos del Contrabando, una experiencia de frontera”, “Ruta BTT de los Castillos en la Raia Iberica”, “2gastronomías, 1 destino”, etc. En este sentido se ha puesto en marcha la primera Red de Oficinas de Turismo Transfronterizas de la Península ibérica, donde a un lado y al otro se ofrece en portugués, español e ingles información turística sobre qué hacer y donde alojarse en todo el territorio transfronterizo.
Lo mas destacable es que gracias a esta alianza publico-privada los empresarios han sabido aprender a colaborar y adaptar y crear oferta de servicios a ambos lados de la frontera logrando extender el número de pernoctaciones y la estancia en estos destinos. Un ejemplo es cómo los hoteles de Chaves ofrecen junto con el alojamiento servicios de visita a las bodegas en Verin o los hoteles de Verin ofrecen servicios de spa en Chaves.
Pablo Rivera Bua es director ejecutivo de la Eurociudad Chaves-Verín