Necesitamos un Plan Marshall moderno

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En el momento en que empiezo a escribir este artículo de opinión, Boris Johnson está anunciando en la BBC un New Deal. El Plan Marshall volverá a entrar en vigor, 70 años después, en el territorio de la reina. El Reino Unido dará ese paso, pero siempre he creído, y sigo creyendo, que el resto del continente debería hacer lo mismo. La «bazuca económica» aún no ha llegado, y el virus insiste en no desaparecer, pero este es el momento de actuar. No se puede seguir el lema del Marqués de Pombal, ya que la gente sigue muriendo y enfermándose; hay que actuar, y hemos visto que abrir las puertas (sólo) no llega.

Todos tenemos la noción de que Portugal ha tenido un crecimiento excelente en los últimos años, después de la crisis económica de 2008, debido sólo al turismo, aunque esto ya no basta. El aumento de los casos en la región de Lisboa, y el alejamiento de Portugal del corredor turístico abierto por el Reino Unido, va a ser muy perjudicial, no sólo para el Algarve, sino para todo el país, que va a perder su papel de destino turístico de referencia. Perderemos nuestro lugar en países como Grecia o la República Checa. En vez de esperar a que llegue el shock, que será fuerte y prolongado en el tiempo, es necesario crear un plan de acción y no dejarnos guiar por donde nos lleve el viento.

Por eso me gustaría ver un Plan Marshall europeo. Cuando comenzó el debate sobre lo que Europa debería hacer para responder a la mayor crisis de su historia, en ese momento, creí firmemente que la salvación podría venir de un nuevo Plan Marshall; un megaproyecto que uniera a todos los países y que pusiera los nombres de Úrsula Von der Leyen y del entonces líder del Eurogrupo, Mário Centeno, en la historia. Sólo que el segundo ha terminado por abandonar los cargos que ocupaba por la oportunidad de un buen sueldo en el Banco de Portugal.

Pero si el sueño europeo no se cumple, y continuando en el mundo de la utopía, yo apostaría por un New Deal más pequeño, pero igual de ambicioso. ¡Un pequeño plan para llevar Portugal hacia adelante (aunque no sólo para esto)! Habrá algunos temas (existen muchos que pueden y deben ser explorados) que serán presentados de una forma muy sucinta, pero que pueden dar algunas ideas, tanto a António Costa, como a Pedro Sánchez.

Inversión en infraestructuras (construir): Con una crisis económica en el horizonte, la construcción se va a resentir, por lo que de poco tiempo veremos el mercado inmobiliario estallar. Esto ya está ocurriendo un poco con los alojamientos locales, sobre todo en la zona de Lisboa. Muchos propietarios que habían sacado a los arrendatarios de sus casas para tener un alojamiento están ahora con dificultades porque están sin turistas y la mayoría de la gente no consigue seguir el ritmo del precio de los alquileres.

Pero dejar de construir no es la solución, al contrario. Este es el momento para apostar por infraestructuras que necesitamos urgentemente, y en este punto podemos hablar del nuevo aeropuerto en la zona de Lisboa; la continuación de las obras de reparación del Puente 25 de abril; un estadio nacional moderno y con condiciones (construir desde cero o renovar el estadio nacional y el complejo circundante de Jamor), o una mayor inversión (y esta tiene que ser total, pues están pésimos) en los ferrocarriles. Y aquí viene el TGV. Si tuviéramos una conexión de alta velocidad con España sería más fácil para nosotros movernos, y así los turistas británicos (pido disculpas por la fijación, pero creo, y mirando a nuestros dirigentes, que esta es la última tara nacional) podrían llegar a nuestro país sin tener que pasar por el aeropuerto. Mejorar el ferrocarril (que entretanto, ha comprado varios trenes a RENFE); y, por cierto, la carretera. Hay un par de hoyos que necesitan ser tapados, y que arruinan la suspensión de cualquier coche.

Salud: Después de todo lo que hemos pasado y estamos pasando, necesitamos de una apuesta cada vez más fuerte y seria por nuestro maravilloso Servicio Nacional de Salud (SNS). Apostar por la contratación de más profesionales, y que estos estén mejor pagados para que no tengan que salir del país, tal y como hizo el enfermero Luís (para quien no conoce su historia, este fue uno de los hombres que trató a Boris Johnson cuando el primer ministro estuvo infectado con la Covid-19). Educar a estos profesionales, pero no obligarlos a salir de la esfera pública ni del país. Una mejor salud nos da la oportunidad de construir un país con más esperanza.

Construir más hospitales en zonas clave es muy necesario; ejemplo de ello es el hospital de Seixal, que lleva 20 años esperando a ser construido.

Continuando con el papel de la salud, ¿por qué no creamos un almacén de productos esenciales para combatir situaciones sanitarias urgentes? Más o menos como ese almacén de cereales que existe en Finlandia. Este podría ser un almacén ibérico. Por lo demás, la cuestión de la salud en situaciones de urgencia podría tener una mayor coordinación entre los dos países, pues la enfermedad no conoce fronteras y, para no tener que volver a cerrarlas, es necesario hacerlo.

Debemos aprender de esta pandemia, y la fabricación de mascarillas y la construcción de respiradores (idea que fue muy apreciada al principio de esta situación) puede impulsar tanto el sector textil, como el de la salud y la tecnología. La entrada de la Web Sumitt en Portugal ha hecho que las Startups hayan aumentado y, como tal, es el momento de darle más protagonismo y crear condiciones (impuestos más bajos y otro tipo de incentivos) para que grandes empresas tecnológicas puedan colocar aquí sus sedes (Elon Musk quería sacar a Spacex de Nueva York) en el continente europeo.

Educación: Quitar el amianto de los tejados de las escuelas (operación que se está haciendo desde hace varios años); contratar más profesores y funcionarios (algo que está previsto que suceda ya para el próximo año académico), o volver con el programa «Magallanes». Un programa para poder poder capacitar a todos los estudiantes del país con una computadora o una tableta. Sería interesante tener una fábrica que pudiera crear este y otro tipo de gadgets.

Una escuela más inclusiva y lista para nuevos desafíos. Estos fueron los principios promulgados hace cuatro meses y que deben ser reforzadas para que situaciones como la que hemos vivido nunca vuelvan a suceder.

Medio ambiente (un país más verde): La apuesta por las energías renovables; la reducción de la huella de carbono, y la lucha contra los incendios son temas que forman parte, tanto del proyecto europeo, como del programa presentado por António Costa.

Portugal es uno de los países con más horas de sol en Europa; y una apuesta por esta energía (solar), y por otro tipo de energías (como la de las olas), debe primordial, y no tiene que ser el objetivo de una sola nación, sino de toda la península. Una apuesta más ecológica, en contraposición con centrales contaminantes, como es la de Almaraz.

También son necesarias más zonas verdes y una reforestación de las zonas que han ardido, pero sin utilizar especies que provocan mayor combustión, como es el caso de los pinos.

Estas son algunas de las ideas que podrían ser implementadas a través de un New Deal ibérico, pero se podrían implementar otras para ayudar a la economía a salir del agujero en el que se encuentra. Según Bruselas, el PIB portugués va a tener la mayor retracción del continente, con un 9,8%.

 

Andreia Rodrigues es licenciada en periodismo por la Escuela Superior de Comunicación Social de Lisboa (ESCS) y es una apasionada de todas las formas de comunicación. Contar nuevas historias y descubrir nuevas culturas es algo en lo que trabaja todos los días

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