Olivenza, una cuestión por resolver

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Sería conveniente que todos conociésemos la situación de este pequeño territorio (Olivenza y Táliga) con 460 km2 de superficie, y unos 13.000 habitantes, en la provincia de Badajoz.

Para resumir, se trata del territorio más recientemente incorporado al Reino de España, cedido por Portugal por el Tratado de Badajoz de 6 de junio de 1801, “en calidad de conquista, para unirlo perpetuamente á sus dominios y vasallos”. Y definiéndose de nuevo la frontera en esta zona sirviendo de límite entre ambos reinos el río Guadiana. Tras las guerras napoleónicas, se celebra en Viena un Congreso que pretende volver a ordenar Europa tras los desastres de la guerra, y Portugal consigue por medio de sus grandes diplomáticos, que en el Acta Final las potencias firmantes, reconozcan las razones que tiene para que se le devuelva el territorio, y un compromiso de mediación diplomática para que sea lo antes posible. España no firma en principio este Acta de 1815, porque considera que tanto en este como en otros asuntos ha salido perjudicada.

Y tras resolverse posteriormente algunos de esos asuntos, accede en 1817 a su firma.

Desde entonces las posturas de ambos países son encontradas en cuanto a la interpretación de los compromisos adquiridos.

España interpreta que el Tratado de Badajoz sigue vigente y que cumplió el compromiso de negociación para la retrocesión del territorio (desde 1817 a 1820) en la que no se llegó a acuerdo alguno, y Portugal interpreta que el Acta de Viena anula el Tratado de Badajoz y que España tiene que devolverle el territorio sin más.

Lo cierto es que cada vez que hay un asunto concerniente a esta localidad, los problemas se suceden, por la negativa de Portugal en participar en cualquier acción transfronteriza, alegando que de hacerlo sería un reconocimiento tácito de la españolidad del territorio.

Claros ejemplos son:

-El incumplimiento de los acuerdos de 1990 para la reconstrucción/rehabilitación del Puente Ayuda. Puente manuelino sobre el Guadiana, del siglo XVI, declarado Imóvel de Interesse Público por Portugal en 1967, y Bien de Interés Cultural en 2009 por España.

-Veto a la participación de Olivenza en la Eurociudad BEC -Badajoz, Elvas, Campo Maior.

-Dificultades para integrarse en la candidatura de las ciudades abaluartadas de la Raya para Patrimonio de la Humanidad.

Esta situación hace que se pierdan los posibles incentivos de los que la población oliventina se podría beneficiar, procedentes de los programas transfronterizos de la Unión Europea.

En el paraguas actual de la Unión Europea, esta situación es inconcebible.

Estas cuestiones territoriales son de otras épocas, y otras mentalidades. Las tierras y las personas pertenecían a los señores feudales y los reyes. De ahí los intercambios de personas y territorios, las conquistas por la fuerza, la esclavitud, los pactos y sus rupturas, alianzas de unos y otros, espionajes, artículos secretos contra otros reinos…,

A estas alturas de la humanidad, lo que importa son las personas.

En la democracia los pueblos son soberanos, no son soberanos los reyes.

Hay que dejar atrás todas esas ideas preconcebidas y mirar a un futuro de unidad, libertad y prosperidad, de intercambio cultural, de mirada a las raíces, de colaboración para que no se pierdan culturas y se cultiven otras.

La historia debe servir para que no se repitan las atrocidades, y aprovecharse de las cosas buenas que surgieron, sobre todo, la mezcla de culturas.

En la historia no hay buenos y malos, solo hombres de poder y sus circunstancias; hombres del pueblo llano y las suyas.

Como países debemos colaborar y mirar hacia un futuro que sea mejor para los ciudadanos.

Como se suele decir, España y Portugal somos como dos hermanos siameses unidos por las espaldas. Hemos estado buscando los brazos y los senos de una madre en otras naciones guerreras, que nos utilizaron como criados y que nunca agradecieron suficiente nuestro esfuerzo.

Pero hoy tenemos médicos que nos pueden separar, para por fin mirarnos a los ojos y darnos un abrazo fraternal, que ojalá fuese eterno.

Debemos exigir de nuestros gobernantes que este absurdo se corrija, de una manera que no afecte a la población de forma negativa, con soluciones modernas para problemas antiguos.

Los hermanos portugueses deben comprender que la población actual de este territorio no puede ser otra vez moneda de cambio. Precisamente de eso que se quejan que ocurrió hace más de dos siglos con los moradores de entonces, no deben desearlo para los de ahora.

Los hermanos españoles deben ser comprensivos en cuanto a las reclamaciones efectuadas, y dar más protagonismo a Portugal en nuestro territorio.

Quizás sea tiempo de cambiar aspiraciones por cultura.

Quizás haya una forma de abrir la mano para recoger el guante, y mi propuesta es: ceder una parte de soberanía, la soberanía cultural.

Que España permita a Portugal que gestione de forma preponderante la Cultura y el Patrimonio de su legado en la comarca.

Quizás sea el primer paso para un entendimiento.

Sé que es muy osado por mi parte y quiero que sepan que es una propuesta a título personal.

 

Rubén Báez Fernández – Arquitecto Técnico – Autor del Libro “El escudo de Olivenza”

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