Costa gira al centro y PSD admite “geringonça” de derechas en la recta final de la campaña

La última palabra está en manos de los más de 10,8 millones de electores convocados a las urnas el domingo

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El líder socialista luso, António Costa, ha reivindicado la «centralidad política» del PS como garantía de estabilidad para Portugal en su último discurso de campaña antes de las legislativas del domingo, mientras el candidato del PSD, Rui Rio, se ha abierto a cerrar una «geringonça» de derechas. Los candidatos portugueses han apurado hasta el filo de la media noche los actos de cierre de campaña en Oporto y Lisboa.

Más de 10,8 millones de electores están convocados el domingo a unas legislativas adelantadas a mitad del curso político por el presidente de la República, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, tras la crisis abierta por el rechazo a las cuentas para 2022 presentadas por el Gobierno socialista. El adelanto electoral, decidido para dar estabilidad al país, puede terminar en mayor incertidumbre dado que todas las encuestas proyectan un empate técnico entre izquierda y derecha que puede complicar la gobernabilidad.

COSTA REIVINDICA LA «CENTRALIDAD» SOCIALISTA

«El voto en el Partido Socialista es el único cierto y seguro porque la centralidad política del PS hace que sea el único que está en condiciones de dialogar con todos, establecer los puentes necesarios», ha afirmado Costa ante cientos de simpatizantes en el acto final de campaña en Oporto. Costa, que se ha referido con insistencia a la «centralidad política» del PS, ha reiterado también que para los socialistas, la línea roja está en la ultraderecha.

«Es una línea roja que todos los partidos democráticos nunca deben pasar», ha dicho. «Con nosotros, nada, nada, nada con la extrema derecha». «Las elecciones del domingo son decisivas porque definen si por primera vez vamos a tener un gobierno dependiente de extrema derecha o dependiente exclusivamente de fuerzas democráticas», ha agregado.

Costa, que llegó al poder en 2015 apoyado por la izquierda, gira al centro de Costa después de que socialistas y centroderecha hayan aceptado la posibilidad de cerrar un «pacto de caballeros» que permita gobernar al partido más votado sin obstáculos. Un pacto que requiere de las bendiciones del presidente Rebelo de Sousa, que sale de las filas del PSD y que es conocido por su talante moderado.

«No tenemos ningún programa escondido, no hay nada bajo la manga», había lanzado Costa poco antes. Respondía así al líder comunista, Jerónimo de Sousa, antiguo socio del PS en la «geringonça», que acusaba a Costa de haber cerrado ya un acuerdo con los conservadores.

GERINGONÇA A LA DERECHA

Mientras, el líder del conservador PSD (Partido Social Demócrata) Rui Rio se ha abierto a una «geringonça» de derechas: «Veremos. António Costa enseñó que se puede hacer diferente», ha afirmado en una entrevista con la cadena SIC en sus últimas declaraciones antes de la jornada de reflexión. Durante todo el día Rio ha insistido en que el presidente Rebelo debe recibir al ganador de los comicios porque «tiene la responsabilidad de formar Gobierno, como marca la Constitución», aunque puede que no logre apoyos suficientes, como ocurrió en 2015, cuando ganó el PSD pero gobernó Costa con apoyo de la izquierda.

En caso de ganar, «estaré disponible para negociar», ha añadido Rio. «Si el PS no consigue apoyo de la izquierda, estoy disponible para negociar. No es un pase de precio cero, es negociar», ha matizado. Pese a su disposición al diálogo, Rio ha cargado contra los socialistas: «Dicen que somos rehenes de la extrema derecha. Hace falta descaro! Fueron ellos los que hicieron acuerdos con Chega», ha lanzado en alusión a los acuerdos municipales cerrados en varios ayuntamientos del país. Rio no mencionó el acuerdo que mantiene el PSD con Chega en Azores para desbancar al Gobierno socialista.

MINORITARIOS, LA CLAVE PARA GOBIERNO

Conscientes del protagonismo que pueden adquirir tras estas elecciones en un escenario de empate técnico entre PS y PSD, los grupos minoritarios han acelerado sus agendas en la recta final de la campaña. André Ventura, al frente del ultraderechista Chega, pelea por convertirse en tercera fuerza política, en una reñida carrera con el Bloco de Esquerda, Iniciativa Liberal y los comunistas.

Es necesaria, ha sostenido Ventura, «una derecha que marque la diferencia», y ha cargado contra Rio, a quien ha acusado de ser «un socialista infiltrado». Desde la izquierda, tanto Catarina Martins (BE), como el líder comunista, Jerónimo de Sousa, han atacado el «pacto de caballeros» que acercaría a socialistas y PSD. La última palabra está en manos de los más de 10,8 millones de electores convocados a las urnas el domingo.

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