Con el precio de la vivienda cada vez más caro, a niveles de las grandes urbes europeas, el ministro portugués de Medio Ambiente y Transición Energética, Pedro Matos Fernandes, ha presentado el decreto «Derecho Real de Vivienda Duradera (DHD)».
Este nuevo contrato, que pretende ser más «amigo» de los inquilinos, les permitirá permanecer por un período vitalicio en la misma vivienda, mediante el pago de una fianza reembolsable y de cuotas periódicas. El propietario del inmueble puede solicitar -como fianza- entre el 10% y 20% del valor del establecimiento. El importe a pagar se calcula sobre la base del indicador de precio de venta por metro cuadrado (m2) divulgado por el INE (Instituto Nacional de Estadística). Si el inquilino no tiene dinero para pagar, puede hipotecar «el derecho» a residir en la propiedad.
Este contrato puede ser rescindido, pero para que esto suceda el propietario de la casa tendrá que reembolsar al residente de una manera total o parcial la fianza depositada. Esto se produce si la rescisión ocurre antes de pasar diez años tras de la firma del contrato de arrendamiento. Esta cantidad varía dependiendo del tiempo en la propiedad y el monto pagado hasta el momento.
Esta nueva medida, que se presentará al debate público pero que ya está presente en el Boletín Oficial del Estado portugués, tiene como objetivo proteger al inquilino para que no tenga que endeudarse o vivir con la incertidumbre de contratos de poca duración. En el caso de los propietarios, según Matos Fernandes, tendrán una importante ampliación de capital sin tener que vender su patrimonio y estarán protegidos por la fianza depositada.