Originarios de la India, la primera referencia a los gitanos en Portugal data del siglo XV. Esta comunidad ha sido víctima, desde la Edad Media, de prejuicios, y ha vivido una situación de exclusión y pobreza que, en varios casos, ha sido revertida parcialmente en los últimos años a través de políticas públicas. Para ayudar a la comunidad romaní, que lleva más de 500 años en la Península Ibérica y es considerada la mayor minoría del continente europeo, el Gobierno portugués desarrolla sus actividades de integración ante el Alto Comisionado para las Migraciones. Varios municipios tienen programas propios basados en mediadores romaníes que vinculan a la comunidad con las autoridades locales.
Incluso con varias líneas de apoyo, algo que reconoce el Comité para la Protección de las Minorías del Consejo de Europa, todavía queda mucho por hacer, ya que esta comunidad no tiene las mismas oportunidades que el resto de la sociedad, y el abandono escolar entre los gitanos sigue siendo muy elevado. Las quiebras en el comercio ambulante están haciendo que cada vez más niños quieran continuar sus estudios y, desde 2016, el número de estudiantes gitanos que en la educación superior piden beca ha ido en aumento, con un aprovechamiento del 88%.
Aun así, casos de éxito, como el del futbolista Ricardo Cuaresma (que jugó para el Barcelona), aún son muy raros. Cuando se habla de gitanos, el imaginario popular los asocia automáticamente a la venta en mercadillos, un prejuicio aún existente. Esta «gitanofobia» ha ganado una nueva fuerza con el ascenso del CHEGA y de una extrema derecha que ha ganado más fuerza gracias a la crisis que la covid-19 ha generado.
Portugueses de pleno derecho desde 1822, la comunidad gitana, especialmente la que está ubicada en el Alentejo, continúa «acarreando» el nomadismo y normas propias de una cultura milenaria. Incluso con medidas aún controvertidas, como los matrimonios arreglados de niños, la comunidad está cambiando para adaptarse al siglo XXI y a una ley que no sólo los incrimina, sino que también los protege con viviendas dignas y atención sanitaria.
El ejemplo español
El ejemplo de la Fundación Secretariado Gitano, que en España ha conseguido miles de empleos para gitanos, está inspirando a Portugal y a otros países europeos para incluir a esta comunidad en la vida nacional.